Ayer el chileno alcanzaba la treintena, y para celebrarlo ofreció un recital de fútbol en el Calderón
28 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.Posiblemente Fabián Orellana no podría haber pedido un mejor regalo de cumpleaños que pasar la eliminatoria del Calderón y acceder a las semifinales de Copa. Ayer el chileno alcanzaba la treintena, y para celebrarlo ofreció un recital de fútbol y de intención reservado solo para los más grandes.
Porque, aunque en la segunda mitad pasó más desapercibido, en el primer tiempo El Poeta fue el hombre que sustentó al equipo. No en el marcador, pero sí en el juego. A pesar de estar apostado por la izquierda, donde su fútbol pierde enteros respecto a la mediapunta, se encargó de generar entre los atléticos inquietud. Para ello, bajaba a la zona defensiva a buscar el balón y, ya fuera pegado a la banda o internándose, avanzaba metros al tiempo que dejaba atrás a los rivales. Encaró, dribló y fue el perfecto escudero de Pablo Hernández en el primer gol del encuentro.
Pero por si su aportación en ataque, sobre todo a nivel de sensaciones, no fuese aval suficiente, su tarjeta de presentación incluyó un derroche defensivo inmenso, hasta el punto de que en la primera mitad fue posiblemente el mejor defensor del Celta.
Respaldó a Jonny ante cada envite del Atlético, amargó a Juanfran y se pegó carreras de cien metros que sacaron los colores a los hombres de Simeone. Y la mejor noticia para el Celta es que el partido de ayer no fue una excepción, sino que fue uno más. Orellana alcanza la treinta en plena madurez y con un fútbol excelso. El Histórico también hace historia en el Celta.