Nemanja Radoja descubre su perfil más atrevido

Lorena García Calvo
lorena garcía calvo VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

Óscar Vázquez

El pivote confirmó su recuperación en Cádiz y es una firme opción ante el Atlético

09 ene 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El partido de Copa frente al Cádiz fue una fuente de buenas noticias para el Celta. Una de ellas fue la irrupción con fuerza de Nemanja Radoja en el centro del campo. La segunda mitad del centrocampista serbio fue de lo más notable, y aunque su nivel no puede considerarse una sorpresa, puesto que la temporada pasada ya dejó entrever que tiene mucho fútbol en las piernas, su rendimiento tras regresar de la lesión es un soplo de aire fresco para el vestuario que dirige Eduardo Berizzo. Más aun tras el adiós de Augusto Fernández al vestuario céltico.

A la espera de que la esperada llegada del mediocentro cuaje, todo hace pensar que Radoja será el encargado de poner músculo en el centro del campo del Celta en los próximos compromisos. En Cádiz el serbio formó pareja de baile con Borja Fernández en la medular asumiendo un rol más ofensivo de lo que lleva en la sangre, y el resultado tuvo una doble cara. En el primer acto la presión cadista le incomodó, pero en la segunda, con metros por delante, mostró su faceta más ofensiva desde que llegó a Vigo. Tanto fue así que visitó la línea de fondo en más de una ocasión, encaró, regateó y puso centros más propios de un extremo que de un futbolista de su perfil que se quedaron sin rematador. Fue como redescubrir al centrocampista, revestido de un hambre ofensiva inédita hasta el momento en el Celta.

El revés de las lesiones

Los 75 minutos que Radoja jugó en el Ramón de Carranza dejan entrever que el serbio ya ha dado carpetazo definitivo a las lesiones, su gran lastre desde que llegó a Vigo. Problemas de pubalgia la temporada pasada y una hernia inguinal este curso han cortado la continuidad de un futbolista que cuando llegó a Vigo, en agosto del 2014, ni siquiera tuvo tiempo para adaptarse al equipo. Firmó su contrato y a los pocos días disputaba sus primeros cuatro minutos con el grupo frente al Getafe. Ese fue el primero de los 28 partidos que jugó en Liga -2.006 minutos- y que sirvieron para ver a un mediocampista de presente, pero sobre todo de futuro.

A pesar de que Augusto Fernández era el jugador de referencia de Berizzo para el puesto de pivote y de que Radoja estuvo parado más de un mes por lesión, el serbio ya ha participado en 11 encuentros de Liga y uno de Copa en lo que va de competición. 422 minutos en el torneo regular que han servido al mediocentro para ir recuperando poco a poco sensaciones y confianza. Dos elementos que necesitará para lo que se le viene encima.

Una treintena de recuperaciones, el 57 % de los duelos cuerpo a cuerpo ganados, el 63 % de los balones aéreos a su favor, un promedio de acierto en el pase del 84 %, tres tarjetas amarillas, 81 pases hacia delante y 32 balones retrasados son los números del futbolista en la competición doméstica. Una liga en la que el serbio está llamado a crecer y en la que ya ha dejado muestras de carácter y jerarquía cuando ha tenido ocasión. El futuro está en sus botas.