El Celta, a espantar fantasmas

x. r. c. VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

Los vigueses, con dos derrotas seguidas y sin ganar en casa desde septiembre, buscan revertir la situación

28 nov 2015 . Actualizado a las 17:28 h.

El Celta despide noviembre con la intención de burlar al invierno deportivo. El penúltimo mes del año volvió a frenar en seco la locomotora celeste, pero Eduardo Berizzo está a tiempo de corregir la dirección si hoy devuelve a los vigueses al carril del triunfo. Sería en Balaídos, un campo que no ve ganar a su equipo desde el pasado septiembre, y en una contienda cargada de connotaciones. La primera, olvidar el derbi; la segunda, hacerse fuerte en casa y la tercera, abstraerse de un ambiente enrarecido por la polémica de las entradas. Todo, en la vuelta de Cabral tras tres partidos de sanción y la irrupción en el once de Planas por la sanción de Jonny en una convocatoria en la que tan solo están disponibles 17 jugadores del primer equipo.

Aunque el principio de prudencia acompañe todos los comentarios, el Celta afronta una contienda con más trascendencia de lo esperado. Tres derrotas en los últimos cuatro partidos han activado todas las alertas de la memoria reciente. En noviembre pasado se cayó el equipo y muchos han visto ciertas similitudes entre aquel frenazo que tuvo al conjunto diez jornadas sin ganar y el momento actual. Una victoria ante un rival por la permanencia devolvería a los celestes a una situación de privilegio, pero otro revés alimentaría la duda, máxime si se consuma en Balaídos.

Porque este Celta tiene una cuenta pendiente con su feudo, en donde no gana desde la goleada al Barcelona (23 de septiembre). Desde entonces un empate y dos derrotas alumbran su hoja de ruta. Además, la última competencia se saldó con un 1-5 que en aquel momento fue considerado como algo coyuntural, calificación que podría cambiar de persistir los problemas para ganar como local.

La tropa de Berizzo se enfrenta a estos dos aspectos con un equipo tan competente justo de efectivos, que no le alcanza la primera plantilla para completar la lista. De entrada dos serán las novedades con respecto a Riazor, y ambas en defensa, ya que el lesionado Fontás cede su sitio a Cabral en el eje central y Carles Planas se encargará del lateral zurdo al estar sancionado por acumulación de tarjetas Jonny. Para el banquillo, todo apunta que será Diego Alende, que actúa como central y mediocentro en el filial (en donde no es titular fijo), el elegido como recambio de emergencia.

El resto del equipo no cambiará en nada en cuanto a nombres, pero sí debe recuperar sus señas de identidad con respecto al sábado pasado, controlando el partido a través del balón, presionando, mordiendo y buscando que sus delanteros aparezcan en el momento justo en sus posiciones de ataque. Porque el Celta se enfrenta a un rival igual de intenso, que esperará atrás y buscará la velocidad y destreza de Halilovic y sus escuderos para intentar sorprender a la contra, algo que han conseguido los últimos rivales del cuadro vigués con relativa facilidad. En los gijoneses Canella es su baja más significativa y Ndi puede ser la gran novedad en la zona de ataque. Con el cartel de peligroso e incómodo, el Sporting tampoco llega con el aval del último partido, en el que cayó por 0-3 ante el Levante. A domicilio han sido capaces de ganar tres partidos (Ipurúa, Riazor y Cornellá), lo que da buena muestra de lo cómodos que se encuentran lejos del Molinón.

Resta por saber si la guerra de comunicados por las entradas del partido tienen incidencia en la contienda. Al final se espera que más de un millar de aficionados sportinguistas puedan estar dentro del estadio animando a su equipo. Seguro que actúan como un coro al que el celtismo debe responder. Berizzo pidió ayer comunión para volver a la senda de un triunfo que podría devolver el sosiego a los vigueses para la recta final del año.

Habrá afición sportinguista en un partido con medidas especiales

Aunque oficialmente no se han vendido entradas para los aficionados del Sporting después de toda la polémica, la previsión para esta noche es que hasta unos 1.500 hinchas del cuadro rojiblanco puedan estar en el partido. Para entrar al estadio, lo deben hacer sin emblemas ni camisetas ya que las entradas, en teoría, han sido vendidas para los aficionados locales.

La presencia de los seguidores del cuadro rojiblanco nada tienen que ver con las medidas de seguridad excepcionales que el Celta, a instancias de las autoridades gubernativas y deportivas estatales, ha puesto en marcha para este fin de semana, instrucciones que han sido dadas a todos los clubes del deporte profesional (en Galicia hay constancia de que también las han recibido Lugo y Breogán) y que consisten en abrir las puertas del campo con antelación (en Vigo será a las 20 horas, dos horas antes de la contienda) y en precisar al público que si va provisto de mochilas al campo será cacheado a la entrada. «Les insta a evitar en la medida de lo posible acceder al campo portando bolsos, mochilas y elementos similares, que en todo caso serán objeto de inspección», comenta el comunicado, en donde se recomienda seguir las instrucciones de los cuerpos de seguridad. Llegar con mucha antelación al estadio es la clave para evitar molestias.

Por otra parte, un grupo de peñas del Celta mostró ayer su apoyo a la afición del Sporting, para que pueda estar en el campo, con un comunicado emitido en la tarde de ayer en el abogaban por que el fútbol funcione como un instrumento de «unión», al mismo tiempo que denuncian la «criminalización» a la que, a su juicio, se está sometiendo a los sportinguistas.

Al no hacerse cargo el Sporting de la organización del viaje, falta por saber cómo y cuándo llegarán a Vigo los aficionados que se van a desplazar, existiendo la sospecha de que uno de los grupos que se desplace sean los ultras radicales, que en las tres últimas visitas a Balaídos han protagonizado altercados.

Por otra parte, el consejo de administración del Sporting se mantiene en su decisión de no acudir al partido en señal de solidaridad con sus aficionados y la máxima representación la ostentará Enrique Castro Quini, para quien se ha pedido una acreditación de prensa, un claro ejemplo de las diferencias entre las dos cúpulas rectoras en estos momentos.