Pablo Hernández: «Fue un desahogo, un gol importante»

Lorena García Calvo
lorena garcía calvo VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

ANDER GILLENEA

El Tucu prioriza el valor colectivo de su tanto más allá del aspecto personal

02 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Al Celta le gusta llegar con el balón hasta la cocina, de ahí que de sus 21 goles tan solo tres han surgido en tiros desde fuera del área. Orellana abrió el capítulo ante el Villarreal, Nolito le marcó desde fuera al Real Madrid y Pablo Hernández se convirtió ante la Real Sociedad en protagonista con su gol desde la frontal del área que supuso tres puntos para su equipo en Anoeta.

El disparo letal del Tucu es hasta el momento el tiro más lejano de los celestes que ha visto portería. Un remate con parábola incluida que dejó satisfecho a su autor, aunque ayer, nada más aterrizar en Peinador, priorizaba el valor colectivo de su gol por delante de la relevancia individual. «No he visto todavía el gol por televisión. Vi que la pelota se quedó ahí, pude convertir y ya en la cancha tuve una satisfacción enorme al ver que el arquero no llegaba», describía el internacional con Chile.

El portero de la Real Sociedad, Rulli, nada pudo hacer ante un disparo mortífero que ha supuesto para Hernández su tercer tanto como celeste, todos ellos a domicilio. Se estrenó con su golazo de espuela en el Vicente Calderón rescatando un punto, marcó en Mestalla en la igualada 1-1 del curso pasado, y el sábado, en Anoeta, dio al Celta la victoria en las postrimerías del partido. «No me había fijado en ese dato. Lo lindo es que sirvió para lograr los tres puntos y mantenernos ahí arriba», apuntó el futbolista, que se declaró básicamente satisfecho por la victoria, «era lo más importante para nosotros».

Un gol para reivindicarse

Desde que firmó por el Celta, Pedro Pablo Hernández ha estado de forma permanente bajo el escrutinio de la afición. Las grandes expectativas que había depositadas en el internacional no siempre se han visto recompensadas, y este curso incluso ha sido el objetivo de algunos silbidos en Balaídos. «Siempre me voy contento sabiendo que hago todo lo que está a mi alcance y que lo he dejado todo en la cancha y puedo dormir tranquilo», aseguró ayer el Tucu. Sin embargo, la celebración de su gol transmitía una relevancia todavía mayor. «Fue un desahogo, era un gol importante, tres puntos en una cancha muy difícil, y fueron muchas cosas. Fue un gol casi en el minuto noventa y hacerlo de esa forma creo que es algo lindo. Festejarlo con la gente era lo más importante», desgranó.

Como todos los jugadores, el Tucu admite que a nivel personal los goles aportan confianza, «siempre es bueno convertir», aunque el hecho de que su tanto fuese acompañado de tres puntos es clave. El gol del argentino nacionalizado chileno supone además la tercera aportación goleadora desde segunda línea, tras los dos tantos logrados por Daniel Wass.

Un partido para reafirmarse

Para Hernández, en Anoeta el Celta dio otro paso adelante pues fue capaz de reponerse en dos ocasiones del marcador adverso. «Hemos madurado muchísimo, lo tomamos con tranquilidad y pudimos darle dos veces la vuelta al resultado». Remontar en un campo como el de San Sebastián, en el que el Celta no ganaba desde hace 16 años y donde seguía presente la remontada 4-3 de hace dos temporadas, fue un chute de energía para un equipo que, con diez etapas quemadas, es capaz de mantener el ritmo de los dos grandes.

«Este equipo está para pelear. Si hacemos nuestro fútbol, para cualquiera es difícil enfrentarnos. Tenemos que mantener esto y hacer nuestro juego, aunque a veces no nos va a salir», atestigua uno de los protagonistas de la remontada de Anoeta. «Es importante y muy bueno vernos ahí arriba, pero no tenemos que creernos nada. Todavía falta, así que ojalá sigamos el más tiempo posible ahí arriba». El Celta tiene hambre de Champions.