«El equipo más divertido de Europa»

x. r. c. v IGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

CRISTINA QUICLER

Los números y la puesta en escena avalan la teoría de Luis Enrique sobre el juego del Celta

22 sep 2015 . Actualizado a las 11:05 h.

El juego del Celta ha ganado adeptos y reconocimientos en los últimos tiempos, especialmente después de los 45 minutos iniciales del Sánchez Pizjuán. Uno de ellos parece Luis Enrique, que antes de viajar a Vigo se acordó del descaro de su exequipo: «El Celta es uno de los equipos más divertidos para ver no solo en España, también en Europa. Si alguien quiere divertirse, que vea sus partidos. Da igual el rival, siempre juega así con jugadores ofensivos y con mentalidad de ataque». La presión alta y al límite físico, el juego al primer toque y vertical, el fútbol de ataque y su tridente forman el ADN de esta peculiar forma de entender el balompié. Una idea que en su génesis creó Eusebio, que perfiló con trazo fino el propio Luis Enrique y que ha redondeado Berizzo con una apuesta tan arriesgada como atractiva.

Apuesta

Primero fue el balón. El fútbol de ataque lo marca todo. Por eso el Celta quiere el balón ante cualquier rival. El Sevilla era el más acaudalado de todos sus adversarios hasta el momento, pero en el primer tiempo la posesión del Celta fue de un 59,3 % para acabar con seis puntos menos en el global del partido. Aun así, es la peor media de los cuatro partidos. Frente al Las Palmas acabó con un 64,2 %.

Equipo hecho

Lección de colocación. El Celta transmite un perfil de equipo «hecho». Con respecto a la temporada pasada apenas presenta un par de novedades en el once y el juego de memoria se puede apreciar, especialmente en la ocupación de los espacios, tan peculiar teniendo en cuenta las marcas individuales y los huecos que en el flanco derecho deja Fabián Orellana y que ahora son ocupados por Wass, que ha ido centrando su posición en paralelo a Augusto para partir hacia adelante desde el doble pivote.

Control

Uno de los reyes del pase. El Celta dio en el Pizjuán 469 pases, 390 de ellos buenos, un 83 % en total. Una barbaridad ante un conjunto del talante de los hispalenses y que sin embargo es la cuota mínima de esta arranque de Liga, en donde el índice de acierto su sitúa tres puntos más arriba. Tan solo el Barcelona, el próximo rival, es capaz con su inmensa calidad de discutirle el dato. La fiabilidad es clave en un sistema tan arriesgado.

Ataque

Mirando a la portería rival. Quince veces disparó el Celta en Nervión el domingo, de los cuales cinco fueron entre los tres palos y dos acabaron en gol. Superó a un equipo vertical y letal como el Sevilla también en este apartado. Porque si en algo ha dado un paso adelante la versión 2.0 de Berizzo es en la verticalidad del juego del medio del campo hacia arriba. «La posesión sin profundidad no sirve para nada», espetó el Toto tras el patinazo con el Las Palmas, y los vigueses aplicaron la enseñanza en la primera oportunidad que tuvieron.

Pegada

El segundo máximo realizador. Después de cuatro partidos de Liga solo el Real Madrid ha marcado más goles que el Celta. Los blancos suman doce y el Celta ya alcanza la decena, con una media superior a los dos por partido, una cifra importante para un conjunto que mira a la permanencia como su primer reto. De los diez goles, Nolito lleva cuatro y se ha convertido en el segundo máximo goleador de la Liga, a tan solo uno de Cristiano Ronaldo. El gaditano ha marcado en tres de los cuatro partidos disputados.

Nivel físico

El arranque del curso pasado. El Celta sorprendió con su estado de forma en el arranque de la temporada pasada, pero en esta ocasión el equipo ha salido al campeonato igual o más enchufado. Solo así se explica que recuperara medio centenar de balones en Sevilla, al que llevó a una presión asfixiante a 70 metros de su portería durante todo el primer tiempo. Esta presión hizo que los hispalenses solo fueran capaces de disparar una vez a puerta en todo el acto inicial.

Oficio

Paso adelante en la gestión de los partidos. El Celta tenía una cuenta pendiente con la lectura de los partidos que, por el momento, ha solucionado. Ante el Levante le faltó interpretar el partido aunque terminó ganando, un hándicap que reapareció en grado superlativo ante el Las Palmas. Sin embargo, tanto el banquillo como el equipo supieron neutralizar el efecto Llorente para terminar nivelando la balanza de juego también en el segundo tiempo.