El Aspas que pudo ser y no fue

Míriam Vázquez Fraga VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

Alberto Martín

En Sevilla analizan el paso por el club del moañés, que dejó una huella positiva y la incógnita de qué habría pasado en caso de haber tenido más minutos

17 sep 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Solo estuvo una temporada en Sevilla y ni de lejos pudo gozar del protagonismo esperado cuando se anunció su fichaje. Pero Iago Aspas dejó, pese a ello, una huella muy positiva en la ciudad hispalense a la que regresa el domingo como céltico. La afición supo apreciar su compromiso y muchos fueron los que se quedaron con la duda de qué habría pasado si Emery le hubiera dado más minutos la pasada temporada, o bien si el club no se hubiera desprendido de él y ahora estuviera luchando de nuevo por un puesto. Esa es la percepción que tienen los periodistas deportivos que le siguieron en su etapa andaluza.

«El problema que tuvo aquí fueron las circunstancias. Emery juega con un 4-2-3-1 donde el punta era Bacca y para las rotaciones estaba Gameiro. Eran tres delanteros de primer nivel y solo podía jugar uno», relata el periodista del ABC de Sevilla Fran Montesdeoca. En su opinión, el técnico sevillista tuvo buena parte de la culpa al no hacerle un hueco. «Como jugador le gustaba y creo que era su deber haberle encontrado sitio. Tenían un tira y afloja porque a Emery le gustaba que se cabreara y quisiera jugar, él es mucho de picar a los futbolistas para tenerles enchufados. Pero después de lograr eso, a Aspas seguía sin ponerle».

Los enfados del moañés en el banquillo fueron captados por las cámaras varias veces, pero no supusieron algo que jugara en su contra tampoco a ojos de la afición. «Se interpretaba como una señal de compromiso, de que tenía ganas de ayudar al equipo y eso fue por lo que más destacó aquí. Esa actitud nunca generó ningún mal rollo con la afición, sino todo lo contrario», analiza Eduardo Florido, encargado de cubrir la información del club para el Diario de Sevilla. Coincide Montesdeoca, para quien «ese carácter y el hecho de ser alguien que expresa lo que siente y no se esconde conquistaron al sevillismo».

Confianza del sevillismo

Mucha gente se ha quedado con «la duda de si se ha hecho bien en venderlo, incluso teniendo en cuenta el dinero que se ingresó con su traspaso», mantiene. Su percepción es que «el 90 % de la afición confiaba en él y se quedó con ganas de que dispusiera de más oportunidades». Incluso él mismo admite que no le hubiera sorprendido verle exprimiendo su mejor versión si le hubieran dejado.

Ambos periodistas opinan que Aspas se corresponde con un perfil de futbolista que ha triunfado en repetidas ocasiones allí y que su caso no tenía por qué haber sido diferente. «Tiene una gran visión de juego, le gusta estudiar el fútbol y tiende a combinar y a compenetrarse con el resto. Se decía que incluso Emery tenía eso en cuenta y le consultaba al respecto», comenta Florido. Para Montesdeoca, cumplía otro patrón que con frecuencia ha resultado en el Sevilla, el de jugador «que viene de un año malo y al que se consigue relanzar». Solo «el muro del sistema de Emery» pudo evitarlo.

Recuerdan también que no se puede decir que no aprovechara los minutos que tuvo, especialmente en Copa. «Quedó esa anécdota o curiosidad de que fue pichichi en la competición gracias a aquellos goles que le hizo al Sabadell y en algún partido más, casi siempre que encontró hueco», recuerda Montesdeoca. Su rol en el vestuario también fue valorado, dejando «una huella muy positiva por su implicación y su papel en la cohesión del grupo», en palabras de Florido.

No le sorprende al profesional del Diario de Sevilla que en Vigo se esté viendo a otro Iago porque «cuando se siente querido se vuelve importante y que era un futbolista muy aprovechable no se le escapaba a nadie». Montesdeoca también apunta a que «no había dudas de que se trataba de un gran jugador, pero la mala suerte le impidió demostrarlo».

«Será duro; los equipos de Emery no regalan nada»

Iago Aspas asegura que el equipo ha pasado página tras el empate del domingo. «Es normal que estemos molestos tras ir 3-1, pero pasó el día y toca pensar en el próximo partido, que es el más importante». Importante y especial para él tras su paso por el Sevilla. «Solo fue un año, pero se portaron bien. No tuve el protagonismo que creía que merecía, pero a nivel colectivo las cosas salieron muy bien», recordó.

El moañés no tiene ánimo de revancha duda si lo celebraría en caso de marcar. No siente presión por hacerlo, como tampoco cree que el último partido le suponga al grupo una presión añadida. «Ninguna. Todos hubiéramos firmado tener siete puntos de nueve. Son partidos difíciles, viene una semana importante y estamos ilusionados».

Sobre Emery, comentó que su relación fue buena, que hablaban mucho e incluso le pedía su opinión sobre los rivales. «Igual no vio el momento de ponerme porque los compañeros también lo estaban haciendo muy bien».

Sus jugadores preferidos del Sevilla son Vitolo, Banega y Krychoviak, al que considera «el pulmón del equipo». Aunque le sorprende que aún no conozcan la victoria en liga, le resta importancia y recuerda que vienen de derrotar al Borussia Mönchengladbach. «Espero un partido duro y difícil, porque los equipos de Emery no regalan nada, son peleones y aguerridos, a veces no quieren el balón, pero miran mucho por el resultado».

Aspas comentó que habla mucho con sus excompañeros sevillistas, incluido Krohn-Dehli, con quien coincidió en Vigo. «El míster cambia bastante de once, a lo mejor tiene un par de jugadores que usa más a menudo, pero como tienen tantas competiciones y la plantilla es extensa y de nivel parejo, rota. Creo que Michael aún no ha jugado como titular, pero no tardará».

Respecto a los silbidos del domingo, dijo que «el aficionado paga y decide». «Los futbolistas pedimos apoyo porque a nadie le gusta que le empaten y más con uno menos, pero ellos deciden».