Segundas partes fueron buenas

MÍRIAM VÁZQUEZ FRAGA VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

Oscar Vázquez

Iago Aspas se convierte en el décimo jugador que se reengancha al Celta

22 ago 2015 . Actualizado a las 13:28 h.

Iago Aspas se unirá oficialmente mañana, en el partido contra el Levante, a un grupo de otros nueve jugadores célticos que lo fueron en una primera etapa y que, tras desvincularse y probar suerte en otros destinos, regresaron a Vigo para continuar su carrera y, en muchos casos, para finalizarla. Para la mayoría, las segundas partes fueron buenas.

Francisco Bao, Sansón (1924-2012) es el jugador de menor edad que ha debutado en Primera y lo hizo en el Celta con 15 años en 1939. Luego, el club le consideraba demasiado joven para tener un sitio en primera y en 1941 se marchó. Ya con 26 años retorna al Celta en 1950, donde permanecería hasta 1955.

El ferrolano Juan Rodríguez Aretio (1922-1973) militó en el Celta entre 1943 y 1949. Con un protagonismo notable durante esas temporadas, los 12 goles que logró en la última fueron el empujón para que el Barcelona se lo llevara. Tras pasar por otros clubes, volvió con 31 años y, aunque su papel fue más discreto, todavía pudo marcar dos goles en seis partidos. Su vinculación con el Celta seguiría tras colgar las botas, pues fue entrenador en los cursos 1961/1962 y 1972/1973, pasando entre medias por Recreativo, Mellilla y Oviedo.

El caso de Atienza (1927-2008) guarda similitudes con el de Aretio. El delantero madrileño también dejó el club por el interés de uno de los llamados grandes, el Real Madrid, y volvió para colgar las botas. Fue céltico entre 1948 y 1952 -45 goles en 109 partidos- y vistió de celeste de nuevo entre 1958 y 1960 antes de retirarse en la Ponferradina.

Especialmente curioso resulta el caso del vigués José Domínguez (1940-2000), que inició su carrera en el Celta y cuyo regreso se produjo tras diez temporadas en el Deportivo. En su primera etapa celeste, con 19 y 20 años (entre 1959 y 1961), apenas tuvo minutos, lo que le llevó a buscarlos en A Coruña. Allí se consolidó, de modo que el Celta quiso recuperarlo entre 1971 y 1974. Fue un jugador importante en ese período, en el que además disputó los dos partidos de la primera eliminatoria europea del Celta.

También Félix Carnero forma parte de este grupo. Céltico desde juveniles, su escasa participación en el curso 1967/1968 en el Celta de Eizaguirre le llevó lejos. En su caso, la etapa donde realmente destacó fue la segunda, entre 1974 y 1979, llegando a disputar 127 partidos de liga en los que anotó 22 goles. Se integró en el cuerpo técnico tras colgar las botas y en la temporada 1983/1984 entrenó al primer equipo.

Manuel Baltasar Alonso, conocido como Noly, debutó en el Celta en 1979 y continuó en el club hasta 1983, cuando la falta de minutos le llevó a cambiar de aires. Tres años más tarde regresó a Vigo para tener un papel protagonista en Primera. En la temporada 1987/1988 hizo sus únicos tres goles como celeste.

Entre los más recordados está Juan Sánchez, que tuvo una primera etapa en el club entre los años 19994 y 1999 y, tras estar en Valencia otros cinco años, regresó al club vigués. Sumó dos temporadas más, entre el 2004 y el 2006 y contribuyó al ascenso de esa primera campaña de su vuelta, en la que el equipo estaba en Segunda.

Formando en la cantera del Celta, Noguerol acumuló varias cesiones mientras esperaba su oportunidad en el primer equipo del Celta. Finalmente, tras estar a las órdenes de Víctor Fernández en la temporada 200/2001 pero disputar únicamente cuatro partidos -su competencia eran centrales como Cáceres, Djorovic o Berizzo- , probó suerte en otros clubes. En el 2008, y con el Celta también en la categoría de plata, regresa a Vigo por dos temporadas. Por fin tuvo sitio con 24 y 28 partidos disputados, pero en el 2010 el Celta no le renovó.

Los más recientes

Más reciente es el caso de David Rodríguez. Su primera parte en Vigo fue cedido por el Almería en el curso 2008/2009. Su buena temporada en Segunda, con ocho goles en 36 partidos, hizo que el equipo quisiera recuperarle en la campaña 2010/2011, en la que sobresalió con 17 goles en 37 partidos. Sus tantos también fueron importantes al año siguiente para el ascenso, que propició su salida cedido. Sin lograr convencer a los técnicos para jugar en Primera, acabó desvinculándose.

Otro cedido con el que el Celta se hizo luego en propiedad es Fabián Orellana. El chileno recaló en Vigo en el curso 2011/2012, a préstamo por parte del Granada, club al que regresó terminada aquella temporada del ascenso. En el mercado de invierno del 2013 fichó por el Celta y, aunque al principio le costó hacerse un hueco y al año siguiente Luis Enrique llegó comunicarle que no contaba con él, con el tiempo recuperó su mejor versión.

Además, son multitud los futbolistas que pasaron algún año fuera cedidos y regresaron, pero sin dejar de pertenecer al Celta entre medias, a diferencia con quienes integran esta lista. Es curioso el caso de Agapito Viñas, que militó en el Rayo coincidiendo con su servicio militar. También podría incluirse a Oubiña, que estuvo fuera poco tiempo, pues la lesión que marcó su carrera precipitó su regreso.

«Volver a jugar con la camiseta del Celta para mí es un sentimiento especial»

Iago Aspas cuenta las horas para el partido del Ciutat de Valencia. «Estoy ilusionado como todos mis compañeros y para mí también es un sentimiento especial volver a jugar con la camiseta del Celta. Cuando llegué dije que tenía que jugar partidos y coger confianza y espero conseguirlo a lo largo de las jornadas», comentó después del entrenamiento del viernes.

El cambio sustancial en Iago, además de su madurez, es que pasó del rol de canterano a ser juzgado como uno de los fichajes. El moañés admite el matiz: «Siempre que vienes como un fichaje y has costado dinero no va a ser lo mismo que cuando subes de la cantera, aunque yo estoy orgulloso de ser canterano».

Y para comenzar, considera vital sacar el primer partido adelante: «Soy un jugador muy competitivo, quiero ganar siempre y que mejor que comenzar ganando», aunque para ello deben superar la nutrida retaguardia del Levante: «No hemos hablado mucho del rival, pero hemos jugado con el Genoa y tenía un estilo un tanto parecido, también con los laterales un poco más arriba que el levante, han trabajado durante el verano con 5-3-2 y nosotros debemos intentar entrar por donde sea».

El regalo de los 50 años

En el año del 50 cumpleaños del Celta en Primera División, Aspas no esconde que el mejor regalo sería Europa, pero sin volverse locos: «El objetivo debe ser conseguir lo más rápido posible la permanencia, pero creo que tenemos una buena plantilla, esperemos que no haya movimientos de última hora, y seria lo ideal clasificarse para la Europa, aunque hay seis o siete equipos a priori superiores, pero con buen rendimiento nos podemos acercar».