Fui su entrenador desde los seis años, cuando comenzó, y desde pequeño lo que más se le notaba era que no le gustaba perder a nada. Era un ganador nato. En otras circunstancias los chavales llorarían, pero él era un peleón y un bregador, que vivía con una intensidad bestial todo lo que es el fútbol. Siempre ha sido un peleón, pero pelea para él y sobre todo para los demás. Siempre ha sido muy especial. Desde el principio se le veía que tenía madera de futbolista.
Borja ha sido delantero desde sus inicios, pero valía un poco para todo, porque corría campo de principio a fin de partido, incluso en sus comienzos en el fútbol sala. Físicamente siempre ha sido espectacular. El gol también lo lleva de serie, porque siempre le ha pegado al balón con una potencia espectacular. Reventaba la pelota ya con seis años. Cuando era pequeño una de mis preocupaciones era que el pegara al balón con la izquierda porque para él era un apoyo para pegarle con la derecha. A lo largo de su carrera siempre ha ido progresando.
Después del La Salle se fue al Conxo y luego al Valencia. Se fue muy joven y los padres tenían las dudas normales, luego vino la época del Villarreal y más tarde La Roda, el único paso que me extrañó a lo largo de toda su carrera. Pero luego apareció la opción del Celta, y me da la impresión que en Vigo se encuentra a gusto. Cuando habla del Celta habla de una manera que no le había visto en otros sitios.
Dentro del campo es un delantero con gol, que tiene la cualidad de estar muy concentrado durante todo el partido -como ejemplo está su rendimiento del año pasado en el Celta- y de remate va sobrado. Soy de los que digo que sería capaz de marcar hasta con la espalda si se lo propone. Además, tiene un excelente desplazamiento largo de balón, un recurso en el que no se prodiga mucho debido a su posición. A nivel personal Borja siempre va a anteponer a sus compañeros. Es la clásica persona que da todo por nada, pero lo ha hecho siempre.
Ahora le llega el reto de la Primera División y espero que sea capaz de asentarse. Es una discusión que tengo siempre con él, porque él para esas cosas es muy modesto, pero tiene madera para triunfar.
Miguel Sanjiao fue el primer entrenador que tuvo Borja en el colegio La Salle