«En el Celta no existen grupos ultras ni tienen cabida en Balaídos»

Xosé Ramón Castro
X. R. CASTRO VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

M.MORALEJO

El director de seguridad del Celta descarta poner en marcha controles biométricos en el estadio

22 jun 2015 . Actualizado a las 13:36 h.

Julio José Vargas (Vigo, 1972) lleva 21 años en el Celta, la práctica totalidad en labores de logística. El director de seguridad e infraestructuras desde hace un lustro ha vivido en primera persona toda la evolución del fútbol en su materia. También la evolución de un club al que ve asentado y con unos límites que pondrá una afición que considera modélica.

-¿Cuál es su doble responsabilidad dentro del club?

-Son campos que están vinculados pero que tratan temas muy dispares. Lo de instalaciones es un tema de mantenimiento global y en seguridad llevas la seguridad global tanto en eventos deportivos como no deportivos y toda la organización de partidos.

-¿Cómo ha evolucionado el sector a lo largo de los años que lleva usted en el Celta?

-Cuando llegué el control de seguridad se hacía con unos medios muy básicos. Recordamos los carnés hechos de cartón, que parecían cupones, luego pasamos a una primera fase de tornos y todo lo que controlabas en el estadio era por un control visual. Más tarde apareció la evolución en tornos, vinieron los circuitos cerrados de televisión, pero no los actuales, sino los del año 96, grabando en una cita de VHS, con cámaras muy rústicas que no se podían mover. A continuación pasamos a una segunda fase en la que se podían mover y hasta hoy, en donde grabas prácticamente el 100 % del estadio.

-¿Qué supuso en el tema de seguridad la muerte del seguidor del Deportivo en Madrid?

-El asesinato del seguidor del Deportivo abrió los ojos de mucha gente y fue un punto de inflexión. Las medidas que ahora parecen novedosas están recogidas en la ley del 2007 y regladas en el Real Decreto del 2010. Hablamos de unas medidas que tienen cinco años de vigencia, pero había cierta complacencia con algunas actuaciones y una vez sucedió esto fue cuando se pasó a aplicarlas a rajatabla. El Real Decreto no dice nada excepcional, en el mundo del fútbol no hay medidas extravagantes, sino que se aplica, como hacemos en Balaídos, el sentido común.

-¿Hay más coordinación ahora en el seno de la LFP?

-La LFP ha reconocido un problema que ya existía desde hace décadas y ha decidido atajarlo. El asesinato tuvo mucha repercusión, hubo que actuar y se aplicó a rajatabla el Real Decreto. Creo que por eso el aficionado tuvo cierto rechazo, pero el tiempo hará ver que todo volverá a su normalidad y que esa aplicación tiene un sentido. En Balaídos, en el punto cero de cuando se aplicó esa normativa, hubo mucho rechazo, cosa que entiendo porque el aficionado se sentía ofendido, pero a la larga se verá que entra todo en la normalidad.

-¿Quedan grupos ultras?

-En el Celta no quedan grupos radicales, en el Celta no existen grupos ultras ni tienen cabida en Balaídos. Como dijo el presidente, el Celta es un club que acata las normas. Podemos estar de acuerdo o parecernos excesivas, pero lo acatamos y la ley no da cabida a grupos violentos.

-¿Qué opina de una de las últimas circulares de la Liga que habla de introducir elementos biométricos en los estadios?

-El Celta no procederá a la instalación de controles biométricos porque no tiene grupos ultras en su estadio, tenemos una afición de diez a nivel global y en el estadio de Balaídos no existe ni han existido históricamente motivos para la instalación de este control dactilar de personas.

-Muchos frentes abiertos en el apartado infraestructural.

-En la reforma del campo el Celta se comprometió a levantar la grada de Preferencia y la obra fue entregada en un tiempo récord, el 23 de mayo. Ahora estamos con la sede del Mercantil, en donde se ha tenido una especial sensibilidad con su masa social. La intención es que no sea un contenedor de oficinas, sino la casa del celtismo en su máxima expresión, y en A Madroa, que ya no puede crecer más, nos centramos en el mantenimiento.

«Creo que el gran acierto de Mouriño fue convertir al Celta en empresa, no en negocio»

Vargas vincula el cambio experimentado por el Celta a la era Carlos Mouriño, con su decisión de crear un club con una gestión de empresa, que no un negocio, en vez de apostarlo todo a un equipo de élite.

-¿Cómo ha vivido la evolución del Celta desde dentro?

-Hemos pasado de ser un equipo de fútbol de élite en donde el esfuerzo de los canteranos no se veía recompensado en el primer equipo a nivel deportivo, en donde las instalaciones estaban enfocadas al primer equipo y en donde el dinero siempre revertía en el primer equipo, a un club de fútbol en toda su extensión con una Fundación que está haciendo un trabajo estupendo. Creo que el gran acierto de Mouriño fue convertir el Celta en empresa, no en negocio.

-¿Hacia dónde puede ir este club?

-Este club tiene una situación privilegiada porque fue pionero en ese cambio y eso le da una ventaja con respecto a otras instituciones deportivas que aún tienen que realizar un camino. El Celta tiende a ser un club asentado, en constante crecimiento que no se pone límites. Los límites los pondrá el celtismo, mientras ellos estén ahí y quieran más, nosotros vamos a estar con ellos e ir a por más.