Fuego y hielo en el Mediterráneo

Lorena García Calvo
lorena garcía calvo VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

AsDilFotografo LOF

Una noche lamentable en defensa y cierto exceso de confianza aplacan las aspiraciones europeas

05 may 2015 . Actualizado a las 19:03 h.

El Celta se alejó de Europa el día menos esperado y tras haber tenido en su mano tres puntos que le habrían aupado a la octava plaza empatado con el Atheltic. Una noche aciaga en defensa, el exceso de confianza con el que saltó al césped el equipo en los arranques de las dos partes y una expulsión más que estricta de Gustavo Cabral acabaron por traducirse en un empate insuficiente y que además traerá cola. Ante el Sevilla Eduardo Berizzo deberá reconstruir medio equipo a causa de las tarjetas.

Los inicios

El Celta contemplativo

El Almería se juega la vida y el Celta llegaba dispuesto a asaltar los 48 puntos. Dos equipos con aspiraciones y que, sin embargo, entraron en el partido de manera distinta. El cuadro andaluz, apurado por la necesidad, salió a por todas desde el minuto uno y pronto se vio cómo su energía y su intensidad sobrepasaban de largo la del Celta. Sin embargo, la calidad de los vigueses fue minando poco a poco a los de Barjuan, que tras encajar el primer gol, vieron que el partido se les iba a hacer muy largo ante un Celta con un once con muchísima más calidad. Ese fútbol al ralentí de los célticos se reeditó a la vuelta de vestuarios, pero con peor fortuna. Los almerienses destaparon las miserias de la defensa y se metieron en el partido de la mano de Thievy.

Los centrales

Una noche para olvidar

La falta de intensidad con la que los de Berizzo saltaron al Juegos del Mediterráneo se perpetuó en la defensa durante los 90 minutos afectando sobre todo a los centrales. La actitud contemplativa de los centrales, sobre todo de un Fontás al que se le está haciendo muy larga la Liga, desarticuló el excelso trabajo del ataque en el primer acto. Constantes errores a la hora de despejar balones, las sucesivas carreras que Thievy le ganó a los defensores, la blandura, la actitud casi contemplativa ante los ataques almerienses y un Sergio descafeinado, se tradujeron en dos goles encajados y en un solo punto como botín. La expulsión de Gustavo Cabral, muy rigurosa, se encargó de redondear la noche, y el Almería sacó petróleo.

90 minutos

Dos partidos distintos

El fútbol de acoso y derribo que ha llevado al Celta a superar la barrera de los cuarenta puntos a pesar de su pájara mayúscula de mediados de temporada no se asomó al Juegos del Mediterráneo. Quizás por acusar el esfuerzo de días anteriores, o quizás por un exceso de confianza, mostraron su cara más contemplativa. En la primera mitad le bastó la calidad de sus hombres de arriba para maniatar al rival, hacerse con la pelota y perforar la portería de los almerienses. Sin embargo, esa falta de presión asfixiante también se tradujo en el primer tiempo en imprecisiones en pases en el centro del campo, en algunos errores no forzados y regalos varios que el Almería no supo aprovechar. Fallos que, no llegaron a penalizar en el primer acto a un Celta que sí se vio castigado en la segunda mitad.

El ataque

Alegrías ofensivas

La última media hora del primer tiempo fue una delicia ofensiva de los celestes. Con los vigueses anulados en defensa y sin el control férreo del medio campo de otros partidos, fue el ataque el que cobró todo el protagonismo. La calidad de los cuatro atacantes desbordó el terreno de juego. Su movilidad, su capacidad para encontrar espacios, para golpear en pocos pases, y para destapar huecos imposibles, salió a la luz. Orellana se paseó por todo el frente de ataque, Nolito desnudó la banda derecha del Almería, Mina tiró de sangre fría y Larrivey jugó de espaldas. Una sinfonía perfecta que quedó anulada con la expulsión de Cabral, que se descompuso con el extraño cambio de Nolito y que intentaron sostener los dos chilenos en las postrimerías. Cuando ya era demasiado tarde.

La resaca

Doble castigo

El partido de Almería tiene un doble castigo para los célticos. Además de perder dos puntos, el encuentro resultó letal a nivel de tarjetas. Ante el Sevilla Cabral no estará por la roja, y Larrivey, Nolito, Hugo Mallo y Álex López por cumplir ciclo de amarillas.