El anhelo del Celta necesita de una machada ante el Real Madrid

Xosé Ramón Castro
X. R. Castro VIGO / LA VOZ

GRADA DE RÍO

XOAN CARLOS GIL

El Celta, que repite once por tercera vez consecutiva, incide en su apuesta más valiente ante el Real Madrid

26 abr 2015 . Actualizado a las 13:11 h.

La ilusión de luchar por una plaza europea frente a la obligación de pelear la Liga. En ese escenario busca el Celta una sorpresa que aumente las posibilidades de alcanzar su sueño. Liberado de la presión por los puntos de la permanencia, saldrá ante el Real Madrid a pecho descubierto, con el mismo once que ha sumado los últimos seis puntos en disputa y con la posesión y la intensidad por bandera ante un rival que apostará por un equipo casi idéntico la del miércoles en Champions. Ancelotti sabe que no es el día de guardarse nada.

El Celta ha sido capaz de ganar esta temporada a Atlético de Madrid y Barcelona, pero le queda el Real Madrid para completar el círculo, y aunque la dificultad sea máxima, el premio es mayúsculo. En lo estadístico, por mantener intactas las opciones de séptima plaza, pero también en lo anímico. Para comenzar, sería la primera vez en toda la temporada en la que encadenaría tres triunfos consecutivos, algo que no logran los celestes desde el pasado reciente con Luis Enrique.

Los vigueses no miran al acaudalado rival ni a las bajas de Modric, Bale y Benzema. Los blancos demostraron el miércoles que tienen fondo de armario suficiente para superar cualquier situación y jugar cada tres días no es ningún problema para ellos. La única diferencia estriba en la preparación del partido, ya que los de Ancelotti se acordaron ayer de que tienen que jugar con un equipo de la clase media de la Liga en una esquina del noroeste ibérico y los vigueses llevan toda una semana con la mente puesta en el partido.

El plan de juego celeste no cogerá por sorpresa a nadie. Todo indica que en esta ocasión el Tucu Hernández tendrá que esperar su turno en el banquillo y que Berizzo apostará por el once que ganó a Rayo y Éibar, lo que traducido al verde significa jugar con cuatro delanteros (con Orellana de verso libre en la posición de enganche) y un doble pivote creativo con Augusto Fernández como asistente defensivo y Krohn-Dehli como oráculo. Ni la seria sospecha de que el Madrid jugará con dos nueves temibles (Chicharito y Cristiano) llevará a los celestes a dar un paso atrás, un aspecto ahora casi utópico al caerse Radoja de la convocatoria por culpa de una lumbalgia que más pronto que tarde le llevará al quirófano.

La idea de juego céltica pasa por presionar lo más arriba posible, intentar anular la sala de máquinas del rival y finalizar las jugadas para que el contragolpe blanco sea lo más esporádico posible. En ataque, además, Berizzo ha pedido verticalidad y profundidad, que el ingente trabajo que se viene encima a nivel defensivo no se pierda en el limbo de la inefectividad y sea aprovechado por Nolito y Santi Mina en las bandas y Larrivey, que vuelve a afianzarse como titular, por dentro.

Los blancos saldrán en Balaídos con todo lo disponible, incluido un Sergio Ramos que ayer volvió a trabajar con el grupo, aunque el sevillano en esta ocasión regresará al centro de la zaga para dejar su eventual puesto en el centro del campo a Illarramendi, que estará en la sala de máquinas al lado de Kroos con James e Isco partiendo de los costados. Unas bandas de órdago que medirán el espléndido momento de los dos laterales canteranos del Celta.

La escenografía de gran partido se completa con un Balaídos a rebosar. De hecho, las entradas se agotaron el pasado martes. El momento del Celta invita a soñar. Dentro y fuera del campo.