Un técnico de diez incluso en sus extravagancias

Patxi Salinas LA VOZ DEL ENTRENADOR

GRADA DE RÍO

31 mar 2015 . Actualizado a las 10:46 h.

Todo lo que aportó Luis Enrique al Celta durante la temporada en la que estuvo en Vigo fue bueno. Creo que supo darle al equipo la fuerza que necesitaba en cada momento e implantó un sistema de juego que acabó dando muy buenos resultados al equipo.

Otro aspecto especialmente positivo de su paso por el banquillo del Celta fue que realizó un gran trabajo de cantera, fue capaz de dar oportunidades a muchos chicos, hizo debutar a varios y a otros también jóvenes les ayudó a consagrarse, como es el caso de Rafinha.

Pienso que destacó por su valentía, por que nunca le tembló la mano a la hora de tomar decisiones y hacer lo que creía conveniente en cada momento. Su método fue muy bueno y no le hizo falta pedir jugadores y jugadores, sino que supo arreglarse a la perfección con lo que había y sacarle el máximo partido a la plantilla con la que contaba.

Considero que dejó un legado muy positivo en el Celta y que la nota que se merece su paso por el equipo es un diez. En absolutamente todo. Incluso diría que en las extravagancias que protagonizó, como la de poner el andamio en A Madroa, que lo convirtieron en diferente a todos los demás.