El partido de la consolidación tras el subidón del derbi

Pablo Carballo
Pablo Carballo FUERA DE JUEGO

GRADA DE RÍO

02 mar 2015 . Actualizado a las 09:38 h.

Si el Celta le gana esta noche al Elche tendrá en su mano, a falta de sellarlo, el pasaporte de primera para la próxima temporada. Doce puntos de margen, a estas alturas, son más que una docena. Ya no es que el Celta no pueda caer víctima de otra pájara agónica, que ya nos conocemos, es que el pelotón de cola aparenta menos luces que el Himalaya.

Cuando vuelves de Riazor como ha vuelto el Celta, tienes la sensación de haberte quedado a vivir en ese partido para siempre. El subidón culmen a una racha que comenzó la noche del juicio final, ante el Córdoba, y que tiene al equipo invicto desde entonces. El Elche sigue siendo un equipo peligroso cuando te toca hospedarlo. Ha ganado tantos partidos fuera, jugando dos menos, como en su casa. Viene apurado por sus cuentas. Y no pondrá fácil la renovación de la racha y el pasaporte.

La racha ha dejado en el tapete varios matices interesantes. Amén de la curva de resultados, de ver al Toto discutiéndole su puesto a un trencilla, y la parroquia volcada con él, de la duda sobre cuántas posiciones podría ocupar Augusto... está el intachable compromiso de la plantilla. Sin excepciones. Ese ha sido el verdadero hachazo, cuando había quien susurraba conspiraciones ultramontanas, que ha requerido tantos puntos. Diez de doce, en concreto.

Hace apenas un mes este Celta-Elche era capital por la permanencia. Hoy, en Vigo, ha perdido ese cariz. Lo que no quita que haya que ganarlo para consolidar el subidón. A pesar de tanta espera para llegar a un lunes. A un horario grotesco.