Famosas desfiguradas por el bisturí

La Voz REDACCIÓN

GENTE

Courteney Cox -Mónica en «Friends»- se suma a la lista de operadas irreconocibles. Repasamos sus mutaciones, una a una

26 ago 2015 . Actualizado a las 17:10 h.

El inventario de famosas enganchadas al quirófano es hoy un poco más extenso. Un nuevo nombre acaba de entran en el club de señoritas recauchutadas, esas que se le han puesto farrucas al tiempo, que le han dicho hasta aquí hemos llegado. Antes arruinada que vieja. Antes momia que fea. La última en darnos un buen susto fue Meg Ryan. Pero si creían que de emociones fuertes estaba el verano servido, se equivocaban. Faltaba por aparecer Courteney Cox, a quien todos empezamos a querer un poco como Mónica en Friends. La actriz reapareció de su letargo de convalecencia quirúrgica esta semana. Lo hizo junto a su pareja en la presentación de Hand of God, robándole absolutamente todo el protagonismo a la serie de Amazon. ¿Cómo? Acaparando con sus inexpresivos rasgos todos los flashes de la alfombra roja.

La chica asegura que en su cambio radical nada han tenido que ver las agujas. Que su marido, Johnny McDaid, no le deja acercarse a ellas. Su rostro, en cambio, no dice lo mismo. A riesgo de que, como en el caso de Uma Thurman, su desfiguración facial se deba a un truco de chapa y pintura cosmética, nos aventuramos a sentenciar que los ojos de Courteney Cox se han encogido sospechosamente y que sus pómulos se han inflamado más de la cuenta.

De todos las famosas que han abrazado esta mala costumbre de estirarse demasiado la piel, la protagonista del caso más escandaloso fue Renée Zellweger. Su afán por congelar su envejecimiento le ha costado incluso su personaje más emblemático en la pantalla, la entrañable solterona Bridget Jones. Zellweger ya no es Bridget Jones. Nunca más podrá serlo. No queda en sus facciones ni rastro de aquella treintañera rellenita, que relataba en su diario sus fallidas relaciones amorosas.

La intérprete, que ha dado incluso nombre a esta práctica de trueque facial -¿quién no ha escuchado en alguna ocasión la expresión «se ha hecho un Zellweger» en referencia a un resultado decepcionante tras una operación de estética?-, también niega su implicación en estas costumbres. Después de que durante unas horas el mundo se preguntase quién era esa mujer que se encontraba entre los invitados de aquella entrega de premios de aquella conocida revista, después de que algún avispado reconociese lo que quedaba de los rasgos de Zellweger en su semblante y después de que cirujanos de medio mundo analizasen en tertulias varias su drástica transformación, Renée confesó: la culpa de su nuevo aspecto la tiene ni más ni menos que la felicidad. La ausencia de preocupaciones. La tranquilidad. Su agenda, que está más relajada. Ya.

La sombra de la actriz de Chicago es, además, alargada. La onda expansiva de la estelar actuación de su médico llegó, como antes recordábamos, hasta Meg Ryan, quien decidió levantar el teléfono, llamar a su cirujano de cabecera y someterse a un proceso similar para amputar de su bonita cara todo el atractivo que la madre naturaleza consideró oportuno regalarle. Puede que ella se vea espléndida cuando se mire al espejo, pero en ese endeble saco de huesos que es ahora la intérprete ya no queda nada de aquella Ryan que excitó al mundo entero en Cuando Harry conoció a Sally.  

La evolución de Meg Ryan
La evolución de Meg Ryan

Otra que se ha destrozado la cara a golpe de bisturí ha sido Mary-Kate Olsen, quien, por lo que parece, se cansó de ser una gemela. La actriz saltó a la fama de forma precoz. Sin saber casi ni hablar ya encarnaba, turnándose con su hermana calcada, a la pequeña de la familia de Padres forzosos. La temprana exposición a los focos les pasó factura a las Olsen. Su vida empezó a desestabilizarse al llegar a la adolescencia y en sus historiales figuran hoy relaciones conflictivas, desequilibrios alimenticios y todo tipo de adicciones. Por si fuera poco, una de ellas le ha cogido el gusto a esto de la metamorfosis. Su rostro ya no es angelical. Sus rasgos se parecen más a los de sus compañeras de club que a los de su propia hermana. Qué has hecho Mary-Kate.

Mary-Kate Olsen
Mary-Kate Olsen