Venecia cura la gripe que alegó el príncipe y dejó sola a la reina danesa Margarita

redacción / la voz

GENTE

El principe Enrique de Dinamarca fue el gran ausente en los festejos para celebrar los 75 años de la monarca ya que estaba en cama enfermo

22 abr 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Él es un francés de buena familia acostumbrado al lujo y a ser el centro de atención. Ella, su mujer, es reina. De Dinamarca, para concretar. Al príncipe Enrique, que no es rey consorte, no le gusta ser segundón y, desde que dio el sí quiero a la reina Margarita, lleva fatal que las cámaras no le miren solo a él.

Así quedó patente una vez más con el desplante que Enrique realizó a su mujer, que celebró la semana pasada su 75 cumpleaños. Estaba toda la realeza en Copenhague -cita a la que no faltaron Felipe VI y Letizia- alabando las virtudes de una soberana que lleva 43 años de reinado y no tiene trazas de abdicar en su cuarentón hijo Federico, cuando, preguntando por el príncipe Enrique, se supo que estaba malito en cama, con algo de fiebre y síntomas claros de gripe. La primavera llega a veces tarde a Dinamarca y los coletazos del invierno pillaron a Enrique con las defensas bajas. La excusa de posar junto a la reina Margarita y demás invitados no pasó del cuchicheo. Pero, días después, sonaron truenos al conocerse que Enrique, nada más acabar los actos festivos por su esposa, cogió un avión y puso rumbo a Venecia para hacer turismo. ¿Le habrá bajado ya la fiebre?