El cazador cazado

LÚA CASTRO

GENTE

¿Por qué ahora, George? Fue incapaz de comprometerse hasta que se topó con una abogada que al principio no quiso darle el teléfono. ¿Amor o nuevo capricho?

19 may 2014 . Actualizado a las 14:44 h.

George Clooney se acaba de saltar uno de sus principios al que ha sido más fiel en los últimos 25 años y con ello ha perdido muchas apuestas (al menos dos con Michelle Pfeiffer y Nicole Kidman). Tras su primera boda, a los 28 años, juró que nunca más se casaría y, como muchos de los que invocan esta determinación en algún momento, acaba de mudar su rumbo vital para hincar la rodilla al suelo, sacar un anillo con un diamante de siete quilates valorado en más de medio millón de euros y pedir a la abogada libanesa Amal Alamuddin que sea su compañera el resto de su vida.

Todo este cambio se ha gestado en muy poco tiempo, la imagen de la soltería masculina conoció a su amada en septiembre -en un acto que poco tenía que ver con las alfombras rojas en las que solía lucir a novias esculturales- y se quedó prendado. Durante muchas jornadas no pudo o no quiso olvidarla, probablemente porque ella tampoco accedió a darle el teléfono a la primera. Y el cazador puso en marcha su maquinaria de seducción que, a la vista de los resultados, sigue siendo irresistible, pero terminó cazado.

Cuentan publicaciones como Daily Mirror que bombardeó a la letrada con correos electrónicos divertidos y que tal vez la frase de uno de ellos -«creo que el, supuestamente, hombre más atractivo del mundo debería conocer a la abogada de derechos humanos más atractiva del mundo»- fue determinante para que Amal comenzase a barajar la posibilidad de darle una oportunidad, aunque no se dio demasiada prisa. Todavía tardó un par de días en dejarse llevar. Aunque no encaja con la imagen de la mayoría de las mujeres actuales, la libanesa Amal simplemente puso en marcha el consejo de cualquier abuela ante un pretendiente con fama de conquistador: ignorar sus propuestas para, bien dejar que se enfríen en el caso de que sean uno más de los caprichos del Don Juan, o llevarlas a la máxima ebullición, lo que pasó con Clooney.

Planes de trabajo

La primera lectura de este enamoramiento hace pensar que George encontró irresistible que una mujer no se rindiese a la primera, pero también se enamoró cuando comenzó a salir con una mujer que alcanzó notoriedad como representante legal del fundador de Wikileaks, Julian Assange, pero que también trabaja para otros perfiles de clientes con una imagen menos amable, como Abdulá al Senusi, exjefe del espionaje libio durante la dictadura de Muammar Gadafi, y que está acusado de crímenes contra la humanidad junto a Saif al Islam, hijo del caudillo, o el rey de Bahréin, para el que actuó como asesora cuando le tocó testificar ante la comisión que investiga presuntas torturas durante la represión de las protestas del año 2011.

Seguramente alguno de los expedientes que George vio sobre la mesa del despacho de esta mujer le impresionaron casi tanto como la lencería de algunas de sus exnovias, porque el que ya era conocido como el soltero de oro de Hollywood no solo quiere casarse con Amal, sino trabajar para y con ella en alguna fundación que tenga relación con los derechos humanos. Y por eso el actor, que también dispone de una de las fortunas más apabullantes del mundo del cine, está buscando casa en Londres, donde está el despacho de su amada.

Todo parece indicar que George y Amal estan dedicidos a terminar con la independencia que hasta ahora reinaba en sus vidas, algo que da imagen de la fuerza con la que se han contagiado del virus del enamoramiento a primera vista. Cuentan los selectos invitados que acudieron esta semana a su fiesta de compromiso que casi no eran capaces de soltarse las manos. Tras el brindis los abrazos se multiplicaron ante la mirada atónita de personajes como Bono, que muy pocas veces habían visto a su amigo tan embelesado y feliz.

George cumplió 53 años la semana pasada y su prometida cuenta con 36. Aunque a priori la pareja viene de mundos muy diferentes, tal vez cuando comenzaron a verse encontraron esferas comunes que han multiplicado sus sentimientos. Ambos son hijos de periodistas (Nick Clooney y Baria Alamuddin) que se han significado en proyectos serios. Probablemente en este momento sus progenitores tengan en la cabeza que sus retoños por fin se han prendado de personas con la misma dosis de belleza interior que exterior, como ellos les recomendaron. Así lo demuestra la futura suegra de Cloneey, que del enlace solo se ha limitado a comentar que está muy orgullosa de la «brillante carrera de abogada» de su hija sirviendo a la justicia.