Es una bodega moderna levantada sobre la tradición milenaria de elaborar vino en Otero (Toledo). Pero en Finca Constancia van más allá. Investigan, realizan experimentos y «coupages» con las variedades de aquellas tierras castellanas y utilizan lo último en tecnología para obtener vinos distintos y mejorar la calidad.
04 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.Como ejemplo de este trabajo, el Finca Constancia Selección, para el que se utilizan seis variedades de uvas, después de muchas pruebas y selecciones, ya que el equipo técnico tiene que decidir porcentajes de cada caste en función del estado de cada una. «Eso cambia cada año -dicen en la bodega- por lo que el trabajo es realmente complicado». El resultado es un vino totalmente distinto y único que, eso si, manifiesta claramente el terruño del que procede. Pero cuando, hace 17 años, el grupo González Byass adquirió la bodega y la finca, estudió minuciosamente el terreno y plantó también otras variedades nacionales e internacionales, que se adecuaban a las características de la zona. Finca Constancia nace con una idea vanguardista de bodega y viñedo integrado, similar al tradicional concepto bordelés de los châteaux. El espíritu queda reflejado en la frase del fundador de González Byass que, en una carta del 6 de junio de 1836, afirmaba: «No encuentro negocio más bonito que los vinos y a él exclusivamente me quiero dedicar».
Finca Constancia Selección
Actualmente está a la venta la cosecha del 2015, un año complejo porque se adelantó la maduración, se ralentizó después y la vendimia se realizó en días de mucho calor. El vino de esta añada hizo la fermentación maloláctica en barricas nuevas de roble francés y americano, donde posteriormente reposó durante trece meses. La madera ayudó a diferenciar el carácter de cada variedad. Los expertos lo definen de un color rojo picota intenso, con matices violáceos. Limpio y con buen brillo, de lágrima abundante y potente. Predominan aromas frescos a fruta roja, junto con matices tostados que recuerdan a hierbas aromáticas, mentolados y regaliz. En boca tiene una entrada sedosa, envolvente, con un tanino suave, amable y sabroso.