Platos y productos para chuparse los dedos

Rocío Perez Ramos
Rocío Ramos LALÍN / LA VOZ

DEZA

Miguel Souto

La gastronomía fue ayer la protagonista en la carpa Mahou con propuestas inspiradas en el cocido

19 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

De la oreja a la costilla, los productos del cocido sirvieron de base a las propuestas gastronómicas presentadas ayer en la carpa Mahou, instalada en el campo de la feria lalinense. Ayer fue también día de mercado y aunque los puestos se trasladaron a la zona del Regueiriño, quedaron los de la rúa Rosalía de Castro que se sumaron a los de la propia carpa y, ya en pleno centro, a los de la feria sabatina de la rúa Joaquín Loriga.

Bajo la carpa, la gastronomía fue la protagonista por la mañana, con una exhibición de cocina de vanguardia inspirada en el cocido. Bocados exquisitos para abrir boca.

Kike Piñeiro (premio Nacional de Gastronomía) y Eloy Cancela, chefs del restaurante A Horta do Obradoiro quisieron mostrar la esencia de lo que hacen: una cocina sencilla, con sabores auténticos y un profundo respeto al producto.

Sus propuestas de «cociña de raíces» fue un pan de castaña «relleo con rixóns e un pouquiño de queixo de Arzúa que se gratina». La segunda elaboración fue «un clásico da nosa casa e moi compostelán». El ingrediente principal: la oreja. En este caso la parte interna de la oreja. Explican que» notamos que a orella a veces a textura non lle acaba de encaixar a todo o mundo, e a parte externa a facemos crocante como si fora un torrezno, sen renunciar á tradición que vai a ir na base do prato e lle facemos un agridoce con mel de Galicia». La última de las propuestas fue un arroz «que facemos con un pouco de caldo de cocido e consomé de galiña para suavizalo, engadimoslle a picada do cocido e por encima un velo de grelo licuado».

Por su parte Rafa Centeno e Inés Abril, los chef del restaurante Maruja Limón de Vigo, realizaron una reinterpretación del cocido con pequeños platos una costilla de cerdo al modo cocido, aliñada completamente con todo el sabor de un cocido, envuelta cen un velo de grelo y acompañada por un caldito gallego.

La segunda fue un plato «más informal para comer con las manos» y que en este caso fue un taco de cocido. Con la misma costilla recuperando las sobras para dar una idea también de aprovechar los restos de una forma diferente» o comer cocido de otra manera.

Fuera de la carpa se asientan algunos restaurantes sobre ruedas y algunos puestos, entre ellos, alguna que otra churrería que inunda el aire con el olor de los churros recién hechos.

Del queso a las salazones, los embutidos y los postres

Para abrir boca, nada como darse una vuelta por el interior de la carpa Mahou lalinense y pararse en los distintos puestos. Un total de 31 que ofrecen un escaparate de un sinfín de productos de la tierra. En los mostradores lucen cacheiras, chorizos, lacones y toda esa larga lista de productos derivados del cerdo que acaban en la olla de un cocido.

Junto a ellos quesos del país y los postres más típicos, desde diferentes tipos de rosquillas a los panes de diferentes variedades sin olvidar clásicos como las empanadas. Una oferta a la que se suma la de algunos puestos de artesanía.