El gancho del sabor enxebre

La Voz REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

El yogur de licor café es la última apuesta, pero también se vende queso con toque de albariño, mermelada de grelos y turrón de licor de hierbas

30 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El yogur de licor café que acaba de lanzar Larsa está siendo un visto y no visto en los lineales de los supermercados. La de la empresa láctea es una apuesta innovadora en cuanto a la combinación de ingredientes, pero la reinvención de productos tradicionales gallegos es una tendencia cada vez más consolidada.

El albariño acostumbra a ser degustado razonablemente frío y en copa. Pero existen alternativas. También se puede comer, como demuestran tres experiencias que hace tiempo se desarrollan a orillas de la ría de Arousa. Desde el municipio de Meis, tres mujeres emprendedoras, Patricia Blanco, María José Oubiña y Susana Blanco, han puesto en pie la firma Tres Pastas Delicatessen, cuya especialidad son las galletas de albariño. Muy cerca, en Xil (Meaño), abre sus puertas la bodega Lagar de Besada. Sus responsables son los creadores de Gelée Baladiña, una gelatina cuya base es, también, el apreciado blanco de las Rías Baixas, y resulta excelente para acompañar el foie. En Ribadumia, por último, Yolanda Bóveda envasa para su propia empresa, Mariquita de Azúcar, mermelada de albariño ecológica.

La suya es una empresa familiar, Central Lechera Gallega, y fue su padre quien inició la tradición de crear quesos particulares. Ahora Estefanía Rozados es la gerente de este particular negocio. «Logramos que el queso Palosanto y el albariño combinen sus sabores perfectamente», reconoce.

Pero el albariño da para mucho más: dos portugueses han hecho en Santiago su particular homenaje al producto creando una caipiriña de este caldo con la que han conquistado a los clientes de El 10. Y no solo al sentido del gusto da satisfacción el albariño. Se bebe, se come y también se respira. Novavila, el hotel enológico que regenta José Luis Vilanova en San Tomé de Nogueira (Meis), elabora su propio vino. Con la colaboración de cereros y perfumistas, ha sido capaz de recoger la fragancia del albariño en una vela aromática.

Radicada en Santiago, la firma Kilo e Medio trabaja mermeladas artesanas con pimiento o cebolla. Se lleva la palma la mermelada de grelos, idónea para la elaboración de tostas. Excelente su combinación con lacón asado, queso de tetilla o Arzúa, aceite de oliva y un toque de pimentón. En Lugo, la empresa Caurelor sacó al mercado hace pocos días un nuevo producto: castañas cocidas con chorizo y panceta. 500 gramos listos para degustar, solamente calentado al baño maría o en el microondas.

La tierra... y también el mar. En el puerto de Corrubedo, el restaurante Benboa saca partido a los productos del mar con innovadoras propuestas como el pastel de mejillones envuelto en wakame. La alianza entre conserveras gallegas y marcas de vermú da lugar a sorprendentes recetas como las del chef Nono Martínez, que trabaja en la elaboración de platos como mejillones en salsa de vermú.

Y tras la comida, los postres y los licores. Fina Rei, en Ourense, elabora su repostería con ingredientes que se salen de lo habitual, como el turrón de licor de hierbas o el de almendrado de Allariz. Mientras, en Rodeiro Pilar Diéguez elabora un licor de toxo al que ha dado el nombre del lugar en el que vive, Achacán.

Con información de Serxio González, Carlos Pereiro, Patricia Calveiro, Ruth Nóvoa, Dolores Cela, Rocío Ramos y M. Santalla.