Cocina japonesa a la sombra de Bonaval

Xosé Amador López

SOCIEDAD

XOÁN A. SOLER

El restaurante Markesa busca sorprender con una propuesta gastronómica que combina el pasado y el presente de la cocina oriental

26 jun 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La cocina japonesa de alta calidad ha buscado un hueco en un agradable local en las inmediaciones del convento de San Domingos de Bonaval, un edificio del siglo XIII que acoge el Museo do Pobo Galego, y del Centro Galego de Arte Contemporáneo, del arquitecto portugués Álvaro Siza. La ubicación en un entorno marcado por la tradición y la modernidad encierra un mensaje acorde con el establecimiento, que busca sorprender con una propuesta gastronómica que combina el pasado y el presente de la cocina oriental desde una casa tradicional bien restaurada y acondicionada para cometidos actuales que precisa el entramado hostelero.

La historia del restaurante Markesa, que nació de La Casa de la Marquesa -le dieron continuidad en los últimos meses del pasado año-, refleja la ilusión de dos amigos, José Pajarón y Sebastián Villavieja (Pepe y Sebas) por los viajes, la gastronomía y la hostelería. Después de un periplo por Japón, decidieron que había llegado la hora de poner en valor sus conocimientos con un proyecto muy cuidado de comida japonesa en la capital gallega. En febrero abrieron las puertas y comenzó una carrera de éxitos, hasta convertirse en uno de los referentes de comida oriental de Compostela.

Sebastián Villavieja, formado en el Centro Superior de Hostelería de Galicia, se ha encargado de la parte gastronómica, mientras José Pajarón, con formación económica y empresarial, asumió la gestión. El resultado es un lugar acogedor, con personal muy atento y bien formado, donde a precios asequibles podemos disfrutar de una comida sencilla pero elaborada con productos de primera calidad de la plaza de abastos de Santiago. Todo bajo la cobertura de la primera izakaya (taberna de tapas japonesas) de la ciudad, donde aspiran a que los clientes habituales degusten productos de la variada carta que ofrecen todos los días.

No pretenden entrar en la comida más sofisticada de la cocina oriental, pero sí en los platos más habituales, como sushi, tataki, donburi o ramen. Se han especializado en platos como California (mahonesa japonesa, aguacate y pepino), Maguro avocado (atún y aguacate), Crunch (atún, salmón, butterfish, queso y aguacate con rebozado panko) o Mexican roll (huevas, langostino tempurizado, aguacate, zanahoria y mahonesa japonesa). Y la oferta la completan con korokke (croquetas de wakame, katsoubushi y nori, con rebozado panko), tako no kara age (pulpo frito con calabaza), ankimo (foie de rape con salsa ponzu y miga de miel) o gyozas (empanadillas japonesas), para terminar con unos postres que incluyen desde un Harakiri V.16 (coulant de chocolate negro con pimienta schimi togarashi y sorbete de cítricos) hasta un mochi (pastel de harina de arroz japonés casero relleno de helado) o un bizcocho matcha (bizcocho de té verde y umeshu relleno de nata y queso, con bolita de helado).

El comensal puede probar una gran variedad de platos (vaca tataki , atún tataki, katsudon -escalope de cerdo rebozado en panko y salsa tonkatsu- o butadon -carrillera de cerdo con reducción de salsa teriyaki-) de muy buena factura, bien en el interior del local o, ahora, en verano, en la terraza.

Lo que tienen claro Pepe y Sebas es que, después de la buena acogida que han encontrado entre los clientes, mantendrán exclusivamente la línea de comida japonesa, aunque introducirán variantes en platos y preparación. De hecho, ya tienen ceviche y no descartan otros platos de la cocina peruana más orientalizada. Pero su sueño se alimenta al calor del país del sol naciente, por lo que quieren que en la carta no falte una buena sopa miso, tempuras, yakitoris, yakimeshi o sushi, siempre preparado con materias primas de Galicia.

La voz del comensal cuenta en este local, por lo que todas las sugerencias se someten a estudio para intentar mantener un buen nivel y convertirse en un referente de la buena cocina japonesa en Galicia. De momento, han dado unos primeros pasos muy acertados, que los comensales han apoyado con su fidelidad a una propuesta sencilla pero de calidad.