«Siempre perdono, nunca olvido»

GALICIA

Pinto&Chinto

Guillermo Escrigas, director del CGAI

18 ene 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde luego, Guillermo Escrigas (Ferrol, 1953), como Neruda, puede confesar que ha vivido. En su despacho de A Coruña, este hombre aparentemente tranquilo, despacha la conversación apelando de vez en cuando a nombres que van de Díaz Pardo a Torrente Ballester y lanzando un titular (al menos) en cada respuesta. Con ustedes, un personaje con mayúsculas.

-Es usted de Ferrol.

-Y allí estuve hasta los 14 años; vengo de una familia de marinos.

-¿Dónde se trasladaron?

-A Madrid.

-Mal sitio para un marino.

-Es que mi padre era almirante. El primero que no participó en la Guerra Civil. Mi abuelo y mi bisabuelo también pertenecieron a la Armada. A mí, mi padre me dejó escoger. Yo amo profundamente a la Marina, pero me mareo en los barcos.

-Ja, ja.

-No se ría. La Marina me dio una manera de ver la vida que me ha ido muy bien. Los marineros siempre miran al mar y tienen un amplio horizonte. Es el gremio más anticateto del mundo, porque viaja.

-¿Y qué estudio usted?

-Economía, que es el arte de decir las cosas cuando ya han sucedido. Pero yo no soy economista, soy documentalista. La economía no me gustaba. No sé ni sumar, casi. A mí lo que me gusta es buscar y encontrar cosas. Especialmente cine, fotografías y libros. Si quiere le pongo un ejemplo.

-Adelante.

-Yo encontré las primeras películas rodadas en Galicia. Yo era amigo de Torrente Ballester y me contó el recuerdo que tenía de una botadura en Ferrol y de una máquina que hacía cine. Me propuso buscarla y la encontré.

-Eso en un despacho no se puede hacer.

-Pero yo estoy en el despacho por la mañana y el día tiene 24 horas. Los que no tienen tiempo son los vagos.

-Está a punto de jubilarse.

-Me jubilo este año, pero no me voy a jubilar, porque jubilar viene de júbilo. Y yo voy a seguir trabajando. Cuando uno deja de hacer lo que le gusta, se muere. Y yo, por ahora, no me quiero morir.

-También trabajó con Díaz Pardo.

-Veinte años felicísimos. Isaac era un genio pero, como todos los genios, era difícil de entender y de manejar. Con él aprendí mucho y conocí a grandes personas.

-Pues ya que lo menciona, dígame qué persona fue la que más le impresionó.

-Mmmm. Mi padre. No voy a complicarme más. También era un genio.

-Murió víctima de ETA, ¿no?

-Mi padre no murió, a mi padre lo mataron, que es muy distinto. Y yo lo recogí en la calle partido en dos. Es una de las impresiones que no olvidaré en mi vida. Y estamos en un momento en que parece que los que mataron son los buenos y que los malos son los muertos.

-¿Qué edad tenía usted?

-A mi padre lo mataron hace 32 años. Y yo fui a la cárcel a ver al que lo mató y estaba arrepentido.

-¿Le sirvió de algo?

-Le sirvió a él. A mí, no. Yo siempre perdono, pero nunca olvido. La gran desgracia de este país es el olvido. Aquí no se puede ser equidistante: hay unos que mataban y otros a los que mataban.

-Mire, ¿cómo le va al CGAI en los tiempos de Netflix?

-Pues muy bien. Nosotros somos una filmoteca con dos funciones: divulgar y recuperar. Para la primera función, las plataformas nos vienen muy bien.

-¿Cuál es su película favorita?

-Ciudadano Kane.

-Es usted un clásico.

-No, no. Yo creo en la tradición y la modernidad. Los modernos son unos cursis y los tradicionales, también. La mezcla de dos cursiladas da un resultado maravilloso. Es la política que desarrollé en Sargadelos.

-Defínase en cuatro palabras.

-Gallego con cuatro hijos. Voy a decir una quinta: maravillosos.

-Defina Galicia.

-Un gran país.

-¿Qué aficiones tiene?

-Soy un bibliófilo. Colecciono libros antiguos sobre Galicia y tengo una biblioteca con más de diez mil libros sobre Galicia. Un piso entero. Vivo en un piso y en otro tengo los libros.

-¿Celta o Dépor?

-Racing de Ferrol.

-¿Cocina?

-No sé ni freír un huevo, pero he escrito un libro de cocina.

-¿Cuál es su lugar favorito?

-Mi casa en la playa de Cabanas.

-¿Es usted nacionalista?

-Los nacionalismos son sectas y las sectas no son racionales. Yo soy galleguista, pero no tonto. El galleguismo es un sentimiento transversal.

-No voy a usar su frase para el titular.

-Úsela, úsela si le parece. Yo tengo unas ideas y las digo.

-¿Qué película le hubiera gustado protagonizar?

-Ninguna. Bueno, tal vez un Indiana Jones de la bibliografía.

-¿De qué se arrepiente?

-De no haber ayudado a todos a los que pude, cosa que trato de subsanar actualmente.

-Una canción.

-Rapaciña, de Andrés Lapique Dobarro.

-¿Qué es lo más importante en la vida?

-Vivir. Es que yo soy muy simple.