Reto aeroespacial para adolescentes

Sara Carreira Piñeiro
Sara Carreira CULLEREDO / LA VOZ

GALICIA

Marcos Míguez

Unos 120 jóvenes de entre 14 y 16 años participaron en la primera semana STEM en inglés que organiza la Xunta

10 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Colonizar Marte. Ese es el reto que unos 120 adolescentes gallegos (14-16 años) afrontaron en el campamento StemWeek, que se celebró por primera vez en Galicia. Una semana de trabajo y convivencia intensiva en Culleredo dentro de la estrategia de la Consellería de Educación de fomentar las vocaciones científicas. Y un rotundo éxito. Enrique Saavedra, responsable del curso, organizado desde su empresa, Vermislab, destaca la entrega de los jóvenes, que dedicaron horas sin freno al trabajo.

Este se hizo por grupos, pequeños a veces y más grandes hacia el final, y la tarea ha sido multidisciplinar, como se espera de un desafío STEM (siglas en inglés de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas). Los participantes tuvieron que diseñar y fabricar un cohete, que lanzaron al espacio (mejor dicho, al cielo, aunque las botellas de plástico suben unos treinta metros); un robot para moverse por Marte que controlaban desde apps en los móviles y que encendía las luces cuando pasaba por zonas oscuras; y sacaron fotos de muestras marcianas que después analizaban con microscopios hechos a partir de cámaras web. Todo artesanal, ensamblado por los alumnos, primero en prototipo (cartones) y después impreso en 3D. «A filosofía do campamento -explicaba Saavedra- é a actividade maker e STEM, é dicir, que o fagan eles mesmos, traballando en grupo, e que usen todos os seus coñecementos e habilidades». Tienen que saber física y matemáticas, pero además tener cierta capacidad para pelar y empalmar cables.

Y si los monitores califican de éxito la experiencia, los alumnos piensan lo mismo. En una de las últimas sesiones del campamento, cuando el trabajo de toda la semana comenzaba a tomar forma, los jóvenes aprovechaban para enzarzarse en una pelea de rovers en una de las rampas de acceso a los pasillos. Solo faltaba que uno recogiese las apuestas de los demás. 

Difícil pero divertido

Pero las risas no esconden lo que hay detrás: «Es más difícil de lo que pensaba, pero también más divertido». Lo decía uno de los participantes, natural de Vigo, mientras sus compañeros de equipo, de Cangas y Ourense, se afanaban en la programación del rover. Uno de ellos, que reconocía que sabía del asunto antes del campamento, se sorprendía del «buen rollo» que había en las aulas. Nadie se conocía antes de la StemWeek, que, al contrario que la Semana STEM de los «pequeños» (la misma filosofía, pero entre quinto de primaria y segundo de ESO y propuesta desde los colegios), se solicita de forma individual. La otra novedad es que para los cursos finales de ESO es en inglés: «Hai bastante bo nivel», reconocía Saavedra.

También hay muchas chicas. Un grupo de ellas, de Santiago y Vigo, explicaban por qué se habían apuntado a la experiencia: «Me gustan las ciencias y el inglés», «en mi centro habrá este año bachillerato de excelencia y me pareció una buena oportunidad» o «díxomo unha profesora e gustoume». Diferentes motivos pero una misma conclusión: «Es muy interesante, y aunque no sé a qué me voy a dedicar, creo que esto me servirá».