Patricia Argerey: «Podemos hacer cosas increíbles»

GALICIA

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Entrevista muy de cerca con la directora de la Axencia Galega de Innovación

14 ago 2018 . Actualizado a las 09:52 h.

Menuda y vivaracha, Patricia Argerey (Lugo, 1977) atiende esta entrevista en plenas vacaciones. Hablamos en un despacho prestado del edificio de la Xunta en Lugo, donde eleva su discurso por encima de unos ojos claros que llaman la atención. A decir verdad, yo creo que se traía la entrevista un poco estudiada.

-Axencia Galega de Innovación. ¿Qué es eso?

-Pues una agencia que, desde la Consellería de Economía, promueve la política de innovación para la Xunta. Tenemos muchos objetivos y una obsesión: que el conocimiento que se genera en Galicia llegue al mercado, que quien obtenga unos resultados de un proyecto pueda llegar al mercado.

-Se suele decir que los gallegos somos conservadores... que es todo lo contrario a innovadores.

-Pues mire, un sector conservador es el de la conserva. Y le sorprendería ver cómo está innovando. Lo que se está haciendo en Galicia en innovación es impresionante, pero ni lo conocemos ni nos lo creemos. Y, por tanto, no sacamos pecho.

-En los inicios de la crisis se dijo mucho que había que cambiar el modelo: menos ladrillo y más I+D. Pero pasado el apuro no parece que se haya aplicado esa receta.

-Es que no se cambia un modelo productivo de la noche a la mañana. Pero sí creo que las empresas y el tejido industrial gallego han entendido que su competitividad está en la innovación.

-Ha mostrado alguna vez su preocupación por la falta de mujeres en las carreras técnicas.

-Sí. Se te cae el alma a los pies cuando analizas el grado de interés de las niñas en estas carreras técnicas. Siguen pesando mucho los convencionalismos sociales. Todavía hay mucho cliché.

-Usted es una mujer en un mundo de hombres. ¿Se siente así?

-En mi entorno más inmediato, no. Pero cuando voy a las empresas, normalmente son hombres. Quizás las mujeres tenemos un problema con nosotras mismas por querer hacerlo todo y hacerlo todo bien. La obligación de ocuparnos de los hijos, por ejemplo. Pero hay otros modelos.

-Usted tiene dos hijos pequeños. ¿Cómo hace?

-Pues he descargado bastante en las abuelas y en su padre. Yo creo que si las mujeres queremos tener una carrera profesional... todo no se puede. Si estás en la oficina no puedes estar haciendo los deberes con tu hijo. Hay que buscar un modelo de equilibrio. Y eso pasa por una corresponsabilidad de los hombres.

-¿Hizo huelga el 8 de marzo?

-No.

-¿Cómo le explicaría Galicia a un extranjero?

-Le diría que somos un pueblo que no conoce lo que es capaz de hacer. Y podemos hacer cosas increíbles. Pero tenemos que creérnoslo y sacar pecho.

-Y ahora defínase usted.

-Soy muy inquieta, no sé estar sentada. Muy exigente conmigo misma, casi obsesionada por aprovechar cada minuto; si se cae la casa, no me pilla dentro.

-¿Qué le gusta hacer fuera del trabajo?

-Sobre todo estar con mis hijos. Y, si puedo, me hago un viaje con amigas. Tratamos de hacerlo una vez al año. También me gusta leer e ir al cine.

-¿Para comer, Lugo?

-Sí, pero en Galicia se come muy bien en muchos sitios. Y a mí me gusta mucho comer.

-¿Más que cocinar?

-Me gusta mucho comer y no me gusta nada cocinar. Mis hijos me lo dicen: «La abuela cocina mejor que tú».

-Cuente una travesura infantil.

-Una vez me comí varios plátanos de una sentada y tiré todas las mondas detrás de la lavadora para que no las vieran. Hasta que, días después, el olor obligó a mis padres a mover muebles en la cocina para ver de dónde salía y se encontraron con aquel cementerio de mondas de plátano, ja, ja.

-¿Tiene tatuajes?

-No. Pero no me disgustan del todo. No descarto hacerme uno discreto.

-¿Qué tal se lleva con el móvil?

-Estoy todo el día colgada del teléfono.

-¿Celta o Dépor?

-No me gusta el fútbol. En tal caso, del Lugo.

-¿Qué es lo último que se ha comprado?

-Una lámpara, porque nos acabamos de mudar. Soy de compra fácil.

-¿Qué tal baila?

-Me gusta, aunque hace tiempo que no salgo. Pero si salgo me echo unos bailes. Llegué a estudiar la danza del vientre.

-¿Y la domina?

-No, no. No aprendí nada. Es dificilísimo.

-Una canción.

-Cualquiera de Sigur Ros, que es un grupo islandés que a mí me gusta mucho. Muy singular.

-¿Qué es lo más importante en la vida?

-Mis hijos y mi familia. Eso es lo más importante.