Los dos sectores de En Marea, a la caza de adeptos

Susana Luaña Louzao
susana luaña SANTIAGO / LAVOZ

GALICIA

Álvaro Ballesteros

El resultado del plenario fue tan ajustado que da a los dos bandos fuelle para ganar

23 jul 2017 . Actualizado a las 16:40 h.

En Marea es ahora un montón de porciones de un pastel cortado a la mitad. La ausencia de Podemos y de Esquerda Unida del plenario del pasado sábado redujo la batalla a una guerra entre dos sectores bien diferenciados: por un lado, la Galicia rural, el nacionalismo tradicional y Luís Villares; por el otro, la Galicia urbana, el rupturismo de la unidad popular y Xulio Ferreiro. E inclinando la balanza, siempre Beiras, que si en un principio apostó por el magistrado que habían ido a buscar a casa, luego se desplazó al otro lado empujado por la cúpula de Anova y por su teima de luchar contra el sistema, incluso contra el propio. No es la primera vez.

La clave la dio en las redes sociales un miembro del sector crítico, militante de Anova: «Pretender facer de En Marea unha organización nacionalista clásica semella un erro, fundamentalmente cando en Galicia xa existe o BNG e este, na miña opinión, cumpre de maneira moi eficiente a súa función. As copias sempre son peores que os orixinais».

En esa tesis se alían los rostros más conocidos de la izquierda rupturista: Beiras, Xulio Ferreiro, Jorge Suárez, Martiño Noriega, Antón Sánchez, Tone Gómez-Reino, Yolanda Díaz, Eva Solla... Pero entonces ¿por qué, aunque fuese por la mínima, ganó Villares? ¿Quién apoyó al actual líder? Lo hicieron los independientes, una parte de Podemos, los de Cerna y, cuestión importante, un sector silencioso pero nada despreciable en número de Anova. Porque quizás la explicación de la división de En Marea se encuentre en la división que también hay en el partido fundado por Beiras. Aunque sus rostros sean menos conocidos y además no sean partidarios de hacer declaraciones públicas, en Anova hay un sector, con peso en las provincias de Lugo y Ourense, que no comparte los principios de la actual dirección -que simpatiza más con las tesis de la Marea Atlántica- y se mantiene fiel al que fue su candidato para las autonómicas. 

El marcador

El pulso que las dos fuerzas se echaron en el plenario dio unos resultados tan ajustados que cualquier viraje es posible, y en ese objetivo se centran ahora los dos sectores. Los críticos ya lo intentaron unas semanas antes del plenario, cuando auspiciaron la creación de Proceso 1 de Maio, una asociación juvenil que debería haber sumado números a favor del sector crítico en el plenario. No fue suficiente, pero quedan seis meses por delante hasta la próxima asamblea para seguir ganando adeptos y poder inclinar la balanza a su favor. Claro, que el marcador puede aliarse de nuevo con Villares si quienes lo apoyan siguen construyendo un engranaje al modo clásico de los partidos tradicionales que tanto aborrecen los críticos para conquistar territorios vírgenes en Galicia, mayoritariamente los que no tienen playa.

Y a mayores, Podemos, que coloca en el tablero piezas importantes como Gómez-Reino, Luca Chao o Pancho Casal, que sí acudieron al plenario y tuvieron cosas que decir. Y en Podemos cada uno se sitúa dependiendo de conflictos internos que tienen más que ver con filias y fobias personales que con asuntos de calado ideológico.

Todo ello ha dado lugar a facciones también en el grupo parlamentario gallego; o mejor dicho, las divisiones en O Hórreo ya estaban ahí antes del plenario. Villares cuenta con Paula Vázquez Verao y Ánxeles Cuña, y aunque van más por libre, también con Manuel Lago, David Rodríguez y Pancho Casal. El sector crítico lo encabeza Antón Sánchez, que cuenta con Eva Solla, Luca Chao, Paula Quinteiro y Marcos Cal. Luego está el sector oficial de Podemos, formado por Carmen Santos, Juan Merlo y Magdalena Barahona, a la espera de lo que mande Pablo Iglesias.

Algunas piezas sueltas no se dejarán ver por el tablero hasta que haya elecciones en lontananza. Mientras, calma chicha, que hace frío fuera de la casa común de En Marea, aunque haga aguas con tanta gotera.

La coordinadora quiso que el 25J solo hubiese un acto, pero fracasó

No puede ser casualidad que haya unos escasos cien metros de distancia entre el lugar elegido por Anova y el reservado por En Marea para la romería que van a celebrar por separado el martes con motivo del Día de Galicia. La coordinadora que preside Villares dio a conocer ayer el programa de actos con la intención de abrirlos «a outras forzas políticas», dijo Gonzalo Rodríguez. Pero luego, en su comparecencia con Victoria Esteban, reconoció que los días previos se trató de llegar a un acuerdo para hacer un acto conjunto y que no fue posible. «O importante é que se celebre. Hai que chamar a atención sobre quen non o vai celebrar, como o PP ou o PSOE», manifestó el sector oficial a modo de excusa. Y no faltaron las críticas al BNG. En Marea, según la coordinadora, estaría en la tradicional manifestación del 25J si fuese un acto conjunto y unitario, aunque «o ano pasado houbo unha tentativa de convocar un acto conxunto, colectivo, pero o BNG dixo que non era unitario, que quen quixera se sumara».