Familia e investigadores confían en que el móvil «pueda hablar por Diana»

Álvaro Sevilla Gómez
Á. Sevilla RIBEIRA / LA VOZ

GALICIA

Esperan recuperar toda la información hasta el instante en que se apagó el teléfono

07 jul 2017 . Actualizado a las 14:28 h.

«Es un gran avance, pero ojalá se hubiese conseguido antes». Así valora la madre de Diana Quer, Diana López-Pinel, que el teléfono de su hija haya sido por fin desbloqueado. El éxito en este complicado proceso informático, que realizó una empresa israelí esta misma semana en Múnich, también se ha sentido como una bocanada de oxígeno entre los investigadores de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, que se encargan directamente de la investigación en colaboración con la Policía Judicial de A Coruña. Ambos cuerpos esperan que el dispositivo pueda arrojar información inédita que les permita encauzar una búsqueda que arrancó hace 11 meses.

A pesar de que gran parte de los datos que contenía el teléfono móvil ya estaban en manos de los agentes, ya que se encontraban clonados en la nube, a la que tuvieron acceso hace meses, el teléfono podría revelar ahora nuevas pistas que hasta el momento se encontraban en la penumbra. La información que se espera obtener es la que había en el dispositivo hasta el mismo momento en que se apagó por última vez antes de ser arrojado a la ría arousana.

Aparezcan o no nuevos archivos, la Guardia Civil podrá descartar hipótesis abiertas Los nuevos archivos, si es que finalmente logran rescatarlos en su totalidad a pesar del pobre estado del dispositivo, se podrán relacionar con los que los miembros de la Guardia Civil ya tienen en su poder, lo que ayudaría a descartar hipótesis o perfilar el camino a seguir en el futuro. Lo que nadie niega en el núcleo de la investigación es que el desbloqueo del teléfono es positivo sí o sí, ya que, en el caso de que no aparezca nada nuevo, se podrán descartar varias tesis abiertas.

Una de las que se podrían caer en primer lugar es la de que la madrileña podía haber quedado previamente con alguien, por lo que, si fuese así, deberían encontrar rastros de llamadas de teléfono o mensajes. Otra de las teorías que podrían venirse abajo es la de si se intentó borrar información almacenada que pudiera comprometer a alguien.

El proceso

Para conseguir desbloquear el terminal fue necesario retirar varias piezas de la placa base del teléfono encontrado en las aguas de Taragoña, que eran el procesador, la tarjeta SIM y la memoria flash. Las tres fueron conectadas en otra placa base virgen, con el objetivo de emular el primer celular. Fue en este segundo dispositivo en el que los trabajadores de la empresa israelí trabajaron para revelar el patrón de apertura.

Ahora, con este desbloqueo, se conectará directamente a un ordenador (portátil o de sobremesa) con un cable de iPhone y, a través de un programa informático común, que utilizan numerosas empresas, extraerán todo el material que almacenaba. Llegados a este paso, se completará un proceso de clonación de todos estos archivos en el ordenador de los investigadores.

Los datos se segmentarán por tipos: fotos, texto, vídeos o audio. El protocolo marcado por la UCO obliga a que se realicen dos copias de toda la información del móvil. Una servirá para que trabajen con ella los investigadores, mientras que la otra, que no se manipulará, quedará bajo tutela judicial por lo que pueda pasar en un futuro.

Todo este trabajo lo está realizando directamente la UCO desde Madrid. Por parte de la Policía Judicial de A Coruña, que también participa activamente en la investigación, dos agentes siguen trabajando en el terreno. A pesar de que lo normal es que sean cinco, las vacaciones estivales han reducido el dispositivo movilizado.

Mucha calma

«Hay que tomárselo con mucha cautela. No sabemos qué se va a poder extraer del terminal», apuntó López-Pinel, que desconoce si los agentes han conseguido rescatar información a la que agarrarse: «Es un gran avance, pero ya han pasado once meses de investigación. Puede haber algo, pero podemos encontrarnos con lo contario». Como punto de inflexión, reconoce que si el teléfono arroja nuevos indicios se podría dar la «reapertura del caso y que esto se vuelva a movilizar de nuevo».