«Pesadillas tengo muchas, pero sueño con poder desconectar un día el teléfono»

Juan María Capeáns Garrido
juan capeáns SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

PACO RODRÍGUEZ

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12 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Luis Menor (Pereiro de Aguiar, 1964) es un hombre rápido de ideas y de respuestas. En las entrevistas y en la vida, de ahí que esté al frente del que, probablemente, sea el cargo menos agradecido de la Xunta de Galicia. No vive aturdido por la responsabilidad, aunque a su teléfono móvil estén llegando cada poco tiempo malas noticias.

-Viendo sus competencias cualquiera se da cuenta de que es usted el señor de los marrones.

-Pues sí, este no es un puesto para el lucimiento ni para la tranquilidad, pero es absolutamente imprescindible, esté quien esté al frente.

-¿Cuál es su mayor pesadilla?

-Tengo muchas, un gran accidente, como el de Angrois, o unas inundaciones, es lo que más inquieta. Este cargo supone que nunca te puedes desentender, por mucha colaboración que tengas, porque los mensajes del 112 siguen entrando, y por eso sueño con ese día en el que pueda desconectar el teléfono móvil.

-¿En vacaciones lo apaga?

-Nunca. Es motivo de debate familiar, pero no puedo evitarlo. Es la responsabilidad que me han asignado, la he aceptado y la voy a cumplir mientras tenga fuerzas.

-Su equipo no le llamará por un accidente con daños materiales...

-La información la tengo siempre, pero cuando hay vidas humanas en juego, grandes daños o riesgos inminentes es cuando me informan. Ante la duda, llamo yo para quedar tranquilo.

-¿Cuándo llama usted a su superior, Alfonso Rueda?

-Son casos más limitados. Nos enviamos mensajes con fluidez, pero si hay algo extraordinario levanto el teléfono. El vicepresidente prefiere estar informado por exceso que por defecto. En eso somos parecidos.

-¿Cómo lleva lo de leer los sucesos en la prensa cuando se manejan casi todos los detalles?

-Nunca veo mala intención, sí inexactitudes.

-Usted tiene como enemigo a la naturaleza enfurecida, a las fatalidades, pero también a la estupidez humana.

-Las emergencias por imprudencias dan mucha rabia. Que en un temporal costero alguien ponga su vida en peligro por hacerse un selfie en el muelle, y que haya gente que se juegue la vida en el rescate... Eso es lo peor.

-No hace mucho íbamos en el coche sin cinturón y hacíamos churrascadas en el monte en agosto, ¿hemos aprendido a base de palos?

-Sí. No hace tanto que pensábamos que no pasaba nada por conducir con una copilla... Pero fíjese en los equipos de Protección Civil, aparecieron a principios de los noventa. Y un poco más tarde llegaron los parques comarcales de bomberos, no llevan ahí toda la vida. Ahora tenemos más normas y medios, pero lo más importante es que los ciudadanos se autoprotegen mejor. El temporal de diciembre es un buen ejemplo: duró tres días, hubo viento, inundaciones y nieve, pero no hubo ni una víctima. Funcionaron los recursos y las personas, más concienciadas.

-Cita el caso de los de bomberos, y ahí se dan disfunciones.

-Los protocolos de movilización se hacen con criterios de competencia porque estamos implicados los concellos, las diputaciones y la Xunta, y es cierto que eso lo hace todo más complejo. Somos una máquina bien engrasada, pero con capacidad de mejora, y por eso hemos creado una mesa para tratar de pulir esos desajustes innegables.

-¿Cómo está la Policía Autonómica, que depende de ustedes?

-Acaba de cumplir 25 años y estamos muy satisfechos, a pesar de las 40 vacantes, que aspiramos a completar. Hasta el 2021 vamos a renovar el 90 % de los vehículos y del material, y además lo estamos haciendo con un consenso importante de los sindicatos. Son reivindicativos, como corresponde, pero también muy razonables.

-¿Cómo llevan las competencias en violencia machista?

-Es un tema muy complejo. Hemos asumido esa línea de trabajo y ya protegemos a casi 200 mujeres maltratadas, y llegaremos a 250.

-Si le dieran recursos ilimitados, ¿se atajaría el problema?

-Se mejoraría, claro, pero la conducta humana es impredecible. Ahora hacemos todo lo que podemos con lo que tenemos. Supone un esfuerzo importante, pero nos parece interesante seguir centrándonos en estos asuntos y en otros que preocupan a la sociedad, como la protección del medio ambiente, los menores o el patrimonio cultural.

-Han trasladado el 112 a A Estrada en plena huelga laboral, ¿afectó al funcionamiento?

-Es innegable. El conflicto laboral afectó al funcionamiento del 112 al haber un 30 % menos de personal. La respuesta no puede ser la misma, pero el traslado salió bien y todo funciona. Podemos discrepar de la gestión de las emergencias, y por mi parte he hecho lo posible por mediar entre la empresa y los trabajadores, pero es importante que la gente sepa que no hubo desatención porque tenemos protocolos de refuerzo y relevo para cuando son necesarios.

«Somos una máquina bien engrasada, pero tenemos capacidad de mejora»