El PSdeG acentúa el aislamiento de Feijoo

Domingos Sampedro
domingos sampedro SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

SANDRA ALONSO

La victoria de Pedro Sánchez en las primarias socialistas puso fin al período de gracia otorgado al PP

11 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Beatriz Mato encontró la horma de su zapato para preparar su candidatura a la alcaldía de A Coruña, que el PP da por hecha desde que se alzó con la presidencia local del partido. Tras sobrevivir siete años a la crisis gestionando las cifras récord del paro o los recortes en la dependencia, tanto ella como su mano derecha en Empleo, Ana María Díaz, ambas criadas bajo el ala protectora de Romay Beccaría, recibieron el premio de la Consellería de Medio Ambiente. Los picos de estrés que sufrían con cada Encuesta de Población Activa (EPA) fueron reemplazados con fotos mucho más amables, en las que aparecían soltando esguines en el río Ulla, protegiendo las puestas de la píllara de las dunas o asomando al escaparate de Fitur para glosar las excelencias de la Galicia verde, y que tiemble el área de Turismo de Nava Castro.

El pasado martes, Mato buscaba otra foto así con el inicio de la tramitación parlamentaria de la ley de bienestar de los animales de compañía. El precedente más próximo fue la reforma del 2014 que endureció las sanciones por maltrato animal, que fue apoyada por todas los partidos, un consenso que Mato no logró revalidar el pasado martes, porque lo impidió la socialista Patricia Vilán con una enmienda a la totalidad, la única presentada por la oposición, a la que se sumaron En Marea y al BNG.

Lo que le ocurrió a Mato con la ley sobre bienestar animal sería una anécdota si ese giro táctico del PSdeG para situarse enfrente del PP no estuviera acompañado de otros gestos, como la decisión de los socialistas de respaldar a En Marea y BNG en la apertura de una comisión de investigación o la llamada pública hecha por Pilar Cancela, presidenta de la gestora del PSdeG, para endurecer la oposición que se hace en el Parlamento.

Desde el PP asisten «expectantes», señalan en su dirección, a este reposicionamiento de los socialistas. El líder del PPdeG, Núñez Feijoo, albergó en algún momento la esperanza de vivir una legislatura tranquila a cambio de hacer algunas cesiones a un PSdeG muy domesticado desde la etapa de Besteiro, cuando llegó a grandes acuerdos con los populares para aprobar la ley de financiación de partidos, el nuevo reglamento de la Cámara o renovar los puestos del consejo de la CRTVG o el Valedor do Pobo.

No obstante, la victoria de Pedro Sánchez en las primarias socialistas puso fin al período de gracia otorgado al PP, puesto en evidencia con la abstención que facilitó la investidura de Rajoy. El retorno de Sánchez enmienda el error de aquella votación en el imaginario socialista. Como si nunca ocurriera. Como se fuera una página del pasado remoto, aunque muchos de sus artífices sigan sentados en el Congreso.

«Ni encima ni debajo del PP, sino enfrente», acostumbraba a decir Sánchez en su campaña. Y en esta etapa, los socialistas gallegos no van quedarse al margen. Más bien al contrario. Su portavoz parlamentario, Fernández Leiceaga, supo interpretar donde había que situarse cada momento, en marcar distancias con En Marea cuando fue preciso, en invertir en la cohesión del grupo cuando se intentó minar su estabilidad y, ahora, contribuirá también a acentuar el aislamiento del PP de Feijoo situándose enfrente no como la única izquierda, que no puede, pero sí como la única izquierda posible.