Rajoy resistirá en Moncloa a toda costa

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

GALICIA

Ed Carosía

El líder del PP está convencido de poder acabar la legislatura, incluso en caso de que no pueda aprobar los Presupuestos del 2018

05 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Resistir. Resistir a toda costa. Esa ha sido siempre la máxima que ha guiado la carrera política de Mariano Rajoy, tanto en lo que afecta a su trayectoria personal como al ejercicio del poder. El líder popular tiene clara la máxima de Il divino, Giulio Andreotti, que afirmó que el poder desgasta, pero sobre todo a quien no lo tiene. En lo que se refiere a su carrera en el PP, a Rajoy le han dado por muerto en varias ocasiones, pero tanto tras la dolorosa derrota del 2008 como después de las elecciones generales del 2015 se mantuvo impasible frente a quienes, incluso en su círculo más cercano, le animaban a dar un paso atrás. Consiguió salir fortalecido. Y lo mismo pretende hacer ahora desde el Gobierno. Por más que la situación se complique para él con la llamada a comparecer como testigo en el caso Gürtel y con las dificultades para mantener la estabilidad tras la victoria en las primarias de Pedro Sánchez y la presión de Ciudadanos, a Rajoy ni se le pasa por la cabeza adelantar las elecciones o dar un paso atrás.

El líder popular tiene claro que, por más precaria que pueda parecer su posición, la legislatura solo acabará si la oposición consigue dejarle en minoría en una moción de censura, pero nunca por iniciativa suya. Ni siquiera en el caso cada vez más probable de que no consiga aprobar los Presupuestos para el 2018 se plantearía Rajoy disolver las Cortes. Está seguro de que podrá culminar la legislatura. Desde el Gobierno se considera que el paso imprescindible era conseguir sacar adelante los del 2017, cosa que se ha conseguido con el apoyo de Ciudadanos, el PNV y los partidos canarios. Y, a partir de ahí, si esos socios elevan demasiado la factura para repetir la jugada para el 2018, está dispuesto a gobernar con estos presupuestos prorrogados, pero nunca a renunciar a ejercer el poder, por complicadas que se pongan las cosas.

Rajoy está seguro de que no hay posibilidad alguna de que Podemos saque adelante su moción de censura porque el PSOE nunca podrá apoyar que Pablo Iglesias sea presidente del Gobierno. Pero también de que si Sánchez presenta algún día la suya tampoco obtendrá la mayoría del Congreso, porque Iglesias le devolverá la moneda y la jugada se volverá en su contra, como ya le ha ocurrido al líder de Podemos, cuestionado incluso hasta por sus socios de Compromís.

Y si la inestabilidad parlamentaria no va a hacer que Rajoy se mueva, tampoco lo van a hacer las encuestas ni quienes le aconsejan que lo mejor sería adelantar las elecciones para tratar de minimizar la pérdida de votos aprovechando la guerra en la izquierda entre el PSOE y Podemos. Si al líder popular le faltaban argumentos para no jugar a eso, lo ocurrido en Gran Bretaña, en donde Theresa May adelantó las elecciones cuando las encuestas le daban una ventaja de 23 puntos que luego ha visto esfumarse en pocos días, ha hecho el resto. Hubo también quien aconsejó a Rajoy que forzara unas terceras elecciones para garantizarse la mayoría absoluta. Pero él prefirió asegurarse la investidura, aunque fuera por la mínima y con la abstención del PSOE. Su idea es resistir como presidente a toda costa y que sean los demás los que se desgasten fracasando en su intento de derribarle.

¿Forzará el PSOE a Blanco a comparecer por Angrois?

Las primarias del PSOE pueden tener efectos colaterales indeseados. El giro de Pedro Sánchez en favor de la creación de una comisión de investigación sobre el accidente ferroviario de Angrois, forzado por el hecho de que muchos de los que le apoyaron estaban comprometidos con esa causa, abrirá una crisis importante cuando, si esa comisión acaba creándose, el exministro José Blanco tenga que comparecer ante ella en el Congreso. A estas alturas, el exresponsable de Fomento tiene claro que con Sánchez en Ferraz su carrera en el PSOE está truncada. Y no tiene intención alguna de que su propio partido lo convierta en el chivo expiatorio de Angrois. La comparecencia podría echar chispas.

Caballero se repliega a Vigo tras las primarias del PSOE

Por si tenía alguna duda, las primarias del PSOE han convencido al alcalde de Vigo, Abel Caballero, de que lo mejor es centrarse en su feudo y dejar de lado, al menos por ahora, las batallas por el control del socialismo gallego. Después de mojarse como el que más en la campaña de apoyo a la presidenta andaluza, Susana Díaz, como secretaria general, Caballero ha comprobado que se ha dejado demasiados pelos en esa gatera, perdiendo inútilmente buena parte del prestigio que había ganado, incluso fuera de Galicia, al convertirse en el alcalde socialista de una gran ciudad más votado de España. Será difícil que vuelva a dar la cara en cualquier causa ajena a sus propios intereses como alcalde de Vigo.

Podemos sí puede entregar medallas a las Vírgenes

El desconcierto es máximo en las bases de Podemos y en esas «brigadas moradas» que ejercen de punta de lanza de Pablo Iglesias en las redes sociales. Después de la intensa campaña de Podemos contra el exministro de Interior, Jorge Fernández, por su excéntrico empeño en conceder condecoraciones a diferentes Vírgenes, resulta que el alcalde de Cádiz, el podemita Kichi González, entrega una medalla a la Virgen del Rosario. No faltan los votantes de Podemos que critican duramente esa decisión. Ante ello, Iglesias defiende a Kichi diciendo que «lo ha manejado de una manera muy laica». Pero incluso en su propio partido son muchos los que entienden que se trata de una contradicción insalvable.