Una nueva manifestación pro okupas amenaza a Santiago con más disturbios

xurxo melchor / j. c. SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

XOAN A. SOLER

Colectivos anarquistas e independentistas convocan otro acto para el día 10

02 jun 2017 . Actualizado a las 08:56 h.

La convocatoria de una nueva manifestación en favor de los okupas expulsados de un edificio de la zona monumental de Santiago amenaza con volver a convertir la ciudad en un campo de batalla, como ya ocurrió este martes después de que la Policía Nacional, por orden judicial, custodiase el tapiado del inmueble, una casa blasonada de la Algalia, para evitar que los okupas pudiesen volver a entrar en él.

Colectivos de diversa índole, casi todos de corte independentista o anarquista, han convocado para el sábado día 10 una nueva manifestación en Santiago. Los servicios de información del Estado ya han alertado de que esta vez su carácter podría volver a ser muy violento, como ocurrió el martes. La concentración de aquella tarde fue radicalmente distinta a la celebrada el miércoles, cuando unas trescientas personas recorrieron diversas calles del centro compostelano sin intervención policial ni incidentes de gravedad.

Las fuerzas de seguridad del Estado ya están en aviso por la nueva manifestación para no vivir una situación como la del martes, cuando el dispositivo desplegado en Santiago fue pequeño al no esperarse una reacción tan violenta. En la calle se desplegó un único grupo de la Unidad de Intervención Policial (UIP) de A Coruña, formado por solo 35 agentes de los cincuenta posibles, que tuvo que hacer frente a más de 400 manifestantes con el único apoyo de nueve miembros de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) de la comisaría santiaguesa.

El resultado fue que los manifestantes, entre los que había un buen número de encapuchados, superaron ampliamente en número a la policía. Además, emplearon tácticas de la lucha callejera como separarse en grupos de cincuenta para actuar simultáneamente en diferentes puntos y dividir así a las fuerzas de seguridad.

El que los convocantes de la manifestación pro okupas tenían decidido de antemano actuar con violencia y provocar disturbios queda claro si se tiene en cuenta el auténtico arsenal con el que contaban. A los agentes les lanzaron petardos, botellas de cristal, grandes piedras angulosas -para incrementar el daño-, tuercas de gran tamaño y otros objetos metálicos, y hasta portaban pastillas para hacer fuego y líquidos acelerantes con los que se pueden confeccionar cócteles incendiarios. El resultado fue que causaron heridas a siete agentes y cuantiosos daños materiales en propiedades privadas y en el mobiliario público, como la quema de seis contenedores de basura.

Pese a los pocos efectivos policiales desplegados y a que fue la cabeza de la manifestación, formada por sesenta encapuchados parapetados con escudos y armados con palos, la que arremetió primero contra los agentes sin que estos cargaran, tanto el Gobierno local, de Compostela Aberta, como el BNG, Anova y En Marea censuraron la intervención policial por «desproporcionada». Una opinión que no comparten ni el resto de fuerzas políticas, ni la Delegación del Gobierno, ni el Sindicato Unificado de Policía (SUP), que incluso ha propuesto que todos los agentes que participaron en el dispositivo sean condecorados «por el excelente trabajo realizado».

«Ás veces, as poses de ser partido alternativo vánselles das mans»

Para el presidente de la Xunta, el «lamentable espectáculo de Santiago» solo puede generar dos posturas: «Os gobernos non podemos ter dúbidas, estamos coa legalidade e o Estado de Dereito ou non hai termos medios. Eu estou a favor das forzas de seguridade que cumpren unha sentenza xudicial», advirtió. Preguntado al término del Consello da Xunta sobre el malestar del alcalde de Santiago por no haber recibido información de la Delegación del Gobierno, Feijoo aseguró que él tampoco la tuvo, y vería «desproporcionado» que tuviera que informar a todas las autoridades cada vez que recibe una orden del juez. «Ás veces, as poses de ser un partido alternativo vánselles das mans», zanjó el jefe del Ejecutivo en referencia a la reacción de Compostela Aberta.

De los seis policías heridos en los disturbios, cinco han causado baja por sus lesiones

Los graves disturbios provocados el pasado martes en Santiago por los manifestantes pro okupas causaron heridas a seis agentes de la Policía Nacional, todos ellos pertenecientes a la Unidad de Intervención (UIP) de A Coruña. De ellos, cinco han causado baja en el servicio por las lesiones sufridas.

De esos cinco policías de baja médica, tres tienen heridas graves en las manos, con dedos desgarrados y manos hinchadas por los golpes con palos de gran porte con los que iban armados algunos de los manifestantes. Otros dos presentan lesiones en los tímpanos porque les estallaron petardos cerca de la cara. De la gran violencia empleada por los pro okupas habla a las claras el que a dos policías les rompieron los cascos a palazos.

En los vídeos que existen de los altercados también se puede comprobar cómo a la cabeza de la manifestación iban unos encapuchados que camuflaban tras la pancarta unos escudos, fabricados con puertas de muebles de cocina reforzadas, con los que los pro okupas efectuaron la primera acometida, arremetiendo contra un grupo formado por solo diez policías. Los agentes sí dispersaron después al grupo y fue entonces cuando comenzaron los más graves disturbios, con alguna carga policial que la Delegación del Gobierno estima que fue «gradual y proporcional a las circunstancias».

La policía identificó a seis manifestantes y detuvo después a uno de ellos, un vecino de A Coruña miembro del grupo independentista Briga que, tras declarar ante el juez, quedó en libertad pero imputado por atentado contra agente de la autoridad y desórdenes públicos. La investigación ahora se centra en efectuar más identificaciones para poder encausarlos y ponerlos a disposición judicial.