Hubo cierta flexibilidad para posibilitar el paso de trabajadores gallegos al país vecino por los once pasos ourensanos
11 may 2017 . Actualizado a las 07:38 h.Rigor en la revisión de documentación, pero al mismo tiempo cierta flexibilidad para posibilitar el paso de trabajadores gallegos al país vecino por los once pasos ourensanos era la tónica que se vivía ayer. Desde las ocho de la mañana tres guardinhas apostados frente a la gasolinera ubicada en la frontera entre Baltar y Montalegre verificaban el tránsito de vehículos. «Tenemos que estar por turnos las 24 horas hasta el día 14. Estamos en tandas de ocho horas», aseguran. Los agentes de la autoridad lusos exponen que las órdenes de la superioridad son claras: controlar que solo pasen los vecinos de zonas limítrofes, trabajadores o algún transportista que vaya a realizar algún porte puntual, en este caso en algún punto de la comarca de O Barroso. El DNI o una orden de trabajo por escrito es suficiente para que los guardias dejen expedito el camino en estos casos. A mediodía habían pasado unos 40 vehículos por ese lugar. Las instrucciones son estrictas en el sentido de que no se habilita el paso a personas que no sean del entorno fronterizo. La tranquilidad fue la nota predominante durante la jornada.