Permiso para aterrizar en Galicia

Carlos Punzón
carlos punzón VIGO / LA VOZ

GALICIA

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Hay 69 instalaciones aéreas, entre las que los helipuertos de los hospitales de Vigo y A Coruña obtienen código internacional

10 may 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) acaba de conceder cinco nuevos códigos a instalaciones aéreas en Galicia. Mundialmente y como identificador para ser designado en cualquier maniobra, el helipuerto del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña será conocido a partir de ahora como LEUA, el del también centro sanitario Álvaro Cunqueiro de Vigo será LEHV, y otros códigos similares han sido concedidos al aeródromo de Mazaricos y a los helipuertos de Queimadelos (Mondariz) y de San Xoán de Río. Los cinco emplazamientos visados por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea se suman a una lista de otras quince instalaciones de Galicia que ya contaban con nomenclatura exclusiva como los tres aeropuertos, aeródromos, helipuertos y hasta centros de gestión del tráfico aéreo o meteorológicos.

Pero estas no son las únicas infraestructuras aéreas reconocidas en la comunidad. Entre aeropuertos públicos, aeródromos privados, helipuertos de emergencias, sanitarios, de lucha contra incendios y superficies de uso eventual y urgente para helicópteros, Galicia cuenta en la actualidad con 69 instalaciones aéreas donde es posible operar.

Aeródromos de todo tipo

A Lavacolla, Alvedro y Peinador se suman 12 aeródromos, además de otro más que se mantiene congelado en la fase de destierro desde finales del siglo pasado en la parroquia tomiñesa de Pinzás. Por orden de longitud de sus pistas es el privado de Rozas, en Castro de Rei, el que con sus 1.200 metros habría que situarlo a continuación de los tres de la red pública, aunque llegó a ser la terminal central de Galicia en los años cuarenta antes de la inauguración del de Santiago. Le sigue, también asfaltado, y de uso exclusivo para las unidades de lucha contra incendios forestales, el de Beariz, propiedad de la Xunta. Los aeródromos privados de Vilaframil (Ribadeo) y Corzáns (Salvaterra) completan la lista de los tienen pistas de al menos mil metros de largo.

Con menos extensión se encuentran los de Antela (Xinzo) y Doade (Sober), ambos para prevención de incendios; los de tierra privados de Monforte y Godos (Caldas de Reis), este último reabierto en el 2015 tras su suspensión por cuestiones urbanísticas; el de hierba de Fervenza (Mazaricos), y el de Chaira (Baños de Molgas), que llega al umbral de 500 metros. Por debajo de esa medida aún están el privado de Castriz (Santa Comba), de 380 metros, y el de Trasmiras, de 300, donde se llegó a plantear ubicar un complejo aeronáutico con base de helicópteros no tripulados incluida, proyecto que finalmente solo ha visto la luz parcialmente en Jaén.

El mapa de las instalaciones aéreas autorizadas se dispara en Galicia para el uso de helicópteros. Hasta 52 infraestructuras son identificadas como helipuertos o helisuperficies, denominación esta última con la que se designan los espacios reservados para el despliegue puntual de los servicios de emergencias aéreas. Tan solo diez de ellos cuentan con nomenclatura aérea internacional, aquellas cuyas denominaciones están encabezadas por la letra L, como en todo el sur de Europa, seguida de una E, como en el resto de España, y dos letras más relacionadas con el nombre de donde se ubican, como explica Javier Cámara, jefe de división del sistema de navegación y tráfico aéreo de la empresa estatal Enaire.

Red sanitaria

En ese grupo se encuentran los helipuertos de los hospitales de A Coruña y Vigo, instalación existente también pero sin denominación internacional en los complejos sanitarios de Lucus Augusti (Lugo), Cristal Piñor (Ourense), Clínico (Santiago), Barbanza (Ribeira), comarcales de Cee y Burela y Naval de Ferrol, además de Santo Cristo de Piñor y Conxo (Santiago) donde tienen sus bases los helicópteros medicalizados del 061. Los hospitales de O Barco, Montecelo (Pontevedra) y Verín cuentan con superficies para urgencias cercanas, como campos de fútbol, donde el plan de emergencias de Galicia marca el punto de maniobras en caso de necesidad.

Para la lucha contra los incendios forestales hay 14 helipuertos en la comunidad y dos bases de salvamento marítimo, además de otras dos en Peinador y Lavacolla. Pero aquí hay que hacer una salvedad: una de ellas, la de Cee, no funciona. Los técnicos desaconsejaron su utilización por las malas condiciones meteorológicas del lugar escogido, el fondo de un valle cerrado que hicieron inútiles los 1,8 millones gastados por Fomento en el 2010.

Fuera de uso prácticamente han quedado también las superficies para emergencias aéreas habilitadas en Lalín y Cangas. La operatividad de la primera la ha ido limitando el crecimiento urbanístico, y el abandono la segunda, hasta caerse incluso del plan de emergencias de la Xunta, que junto a la red creada por Portos de Galicia suma un total de 21 helisuperficies en la comunidad.