Feijoo pone bajo vigilancia a De la Serna

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

GALICIA

La Xunta recupera la fórmula que puso en marcha para controlar la ejecución de los Presupuestos del Gobierno de Zapatero

10 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

No existen precedentes de un presidente de la Xunta cuestionando las cifras de inversión en Galicia en los Presupuestos Generales del Estado elaborados por un Gobierno de su mismo partido. Ni lo hizo nunca Alberto Núñez Feijoo con Mariano Rajoy en el Gobierno, ni lo hizo Emilio Pérez Touriño con José Luis Rodríguez Zapatero en la Moncloa, ni tampoco Manuel Fraga cuando José María Aznar estaba a los mandos del Ejecutivo. Al contrario, la reacción a las cuentas públicas del Gobierno amigo, fuesen las que fuesen, era siempre buscar su perfil más favorable para expresar con gran alborozo el agradecimiento por el hecho de que Galicia saliera muy beneficiada respecto a la mayoría de las comunidades.

Algo distinto habrá tenido que suceder en esta ocasión para que la reacción de Alberto Núñez Feijoo no solo no fuera entusiasta, sino que incluyera una palabra desconocida en este tipo de situaciones. «Decepcionante». Ese fue el vocablo escogido por Feijoo para calificar esos Presupuesto si no se ejecutan en su totalidad. Es decir, si ocurre lo que ha ocurrido prácticamente todos los años. «Si ejecutamos los Presupuestos tal y como se aprueban será mejor que los del 2015 y el 2016; si, por lo contrario, el Gobierno central no los ejecuta, estaremos ante unos Presupuestos decepcionantes», afirmó textualmente el líder gallego.

Feijoo sabe de qué habla. La presentación de los Presupuestos confirmó lo que se adelantó aquí la semana pasada. Cataluña es la comunidad más beneficiada, al ser la segunda que más dinero recibe pero, sobre todo, una de las que menos recortes sufre respecto a los Presupuestos anteriores. Pero, con todo, lo que le preocupa a Feijoo no es eso, sino el que Cataluña cuente con un compromiso explícito de Mariano Rajoy de que se va a ejecutar cada euro que se presupueste para esa comunidad de aquí al final de legislatura. Como Galicia no cuenta con esa garantía, Feijoo ha recuperado la fórmula del comité de seguimiento para vigilar la ejecución de las inversiones. Algo que, de entrada, implica poner bajo vigilancia al ministro de Fomento, Íñigo de la Serna. De hecho, el único precedente de ese comité de seguimiento es el que el propio Feijoo creó para controlar a un Gobierno socialista, el de José Luis Rodríguez Zapatero, con José Blanco como ministro de Fomento, para controlar si se cumplían los plazos y ejecutaban las partidas de inversión previstas.

Ahí vuelve a estar la partida. De la Serna se muestra muy susceptible ante cualquier crítica por un supuesto maltrato a Galicia. Pretende jugar fuerte. Fuentes cercanas al ministro aseguran a La Voz que en los Presupuestos están todas las partidas que aseguran el AVE a Galicia en el 2019. Y, cuando se objeta que la clave no es esa, sino, como dice Feijoo, si se van a ejecutar o no en su totalidad, la respuesta es que ahí sí tiene Galicia motivos para la queja por lo ocurrido en el pasado. Una idea que indicaría que su intención sí es ejecutar todo lo presupuestado para Galicia, pero en la que se atisba también una velada crítica a los anteriores responsables de Fomento. Habrá que ver si el ministro sale airoso de ese órdago, lo que sería bueno para Galicia, o es víctima de su propio desafío.

Los medios convierten a Rufián en puro espectáculo

La primera y desconcertante intervención del portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, hizo temer a muchos que el dirigente de los independentistas catalanes se iba a convertir en un dolor de cabeza y una pesadilla para los partidos tradicionales, incapaces de hacer frente a un tipo de discurso al que no están acostumbrados. Con el tiempo, PP, PSOE y Ciudadanos le han cogido el punto para rebatir su tremendismo político. De hecho, Rufián lleva camino de convertirse en un juguete roto al que los medios utilizan ya para dar espectáculo, llevándole por ejemplo al Valle de los Caídos para que libere allí su catálogo de exabruptos. Y él, que se deja querer, ha dejado ya de ser un rival temido.

ETA pone de acuerdo a los tres candidatos del PSOE

El acto propagandístico de entrega de las armas organizado por ETA para tratar de disimular su derrota ante el Estado de derecho ha conseguido algo que hasta ahora parecía imposible: poner de acuerdo a los tres candidatos a las primarias del PSOE. La actual gestora al frente de la dirección socialista, en una decisión discutible, eludió pronunciarse solemnemente sobre este asunto y dejó que fueran los tres aspirantes los que ofrecieran su respuesta. En los tres casos la reacción fue la de destacar que el acto celebrado en Bayona era solo el reflejo de la derrota de ETA y exigir a la banda terrorista que se disuelva, sin entrar a considerar ningún tipo de contrapartida mientras esto no ocurra.

En Marea y el fantasma del regreso a la atomización

Hace poco más de tres años que nació un partido llamado Podemos, que no era más que una plataforma puesta al servicio de un tertuliano llamado Pablo Iglesias, que se había hecho popular ridiculizando dialécticamente a los portavoces de la derecha más radical en sus propias cadenas. Desde entonces, ese proyecto se ha ido sumando, con diferentes fórmulas, a una ensalada de siglas que en muchos casos tienen poco que ver entre sí y que amenazan con acabar regresando a la clásica atomización de la izquierda. El caso de En Marea y sus infinitas luchas intestinas es, junto al de Cataluña y el de la Comunidad Valenciana, uno de los ejemplos más claros de ese riesgo inminente de ruptura.