«¡Hacéos á un lado ó os abraso!»

Federico REDACCIÓN.

GALICIA

1902. Mamed Casanova, el último bandolero gallego

25 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Estuve hoy en la cárcel á visitar de nuevo a Toribio [...].

-Vamos ahora á la captura.

-¡Ay¡ Ese fué un mal paso [...].

-La Voz ya lo refiere con pelos y señales, pero cuéntalo tú de nuevo por si hay algo que añadir.

-Verá, señor. Yo llegué al anochecer del sábado á la casa rectoral del Freijo. Llevaba el propósito de pedir una limosna al cura, porque, es claro, ¿de que había de vivir yo, sino de la caridad? No conocía al cura [...]. Ahora, lo conozco. Encontré á un muchacho cerca de la rectoral y lo mandé con un recado para ese señor. -«Dile [...] que está aquí Toribio y que le mande una limosna.» Vino el rapaz de regreso invitándome en nombre del párroco á que fuese á cenar y á recibir los cuartos. No accedí [...], pero en vista de ello salió el cura, invitándome con insistencia á entrar. Accedí. Nunca tal hiciera. Entré con desconfianza, no se lo niego á usted, porque no sé por qué me daba el alma que allí habían de estar «los civiles». El cura me aseguró que no, me riñó casi por mis dudas y me mandó que reconociese la casa. Así lo hice, pero fiándome de su palabra dejé de mirar una buena parte.

-¿Te dió el dinero?

-No... ¡Yo fui quien se lo dió á él!

-¿Cómo?

-Fué un cambio. A instancias mías me dió 10 duros en plata, á trueque de un billete de igual cantidad que yo llevaba [...]. Mientras esto ocurría, la sobrina

del cura preparaba la cena. Cuando la tuvo lista bajamos á la cocina. Allí nos sentamos ante una mesa. Yo conservaba la escopeta y el resto del armamento. La colación fué breve; tomamos caldo, sardinas cocidas, etc. [...]. En aquel momento llamaron á la puerta. Mi sobresalto aumentó. Alguien fué á abrir, y entraron en la cocina cinco hombres. Yo sólo conocí á uno de ellos. Esta visita de tanta gente me dió muy mala espina. Me levanté y pregunté en voz alta, requiriendo la escopeta, á qué venían aquellos sujetos. Por más que el cura y los mismos individuos trataron de calmarme, yo...