Sexo en la autovía con final feliz

p. seoane OURENSE / LA VOZ

GALICIA

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Absuelven de una alcoholemia de 0,97 al hombre sorprendido manteniendo relaciones con una mujer junto a su coche en la A-52

04 mar 2017 . Actualizado a las 13:54 h.

Al ourensano R.F.R., de 37 años, no lo juzgaron por practicar sexo a un lado de la A-52, en zona de matorral, un caluroso día de verano. Que sea el escenario adecuado, o no, es otra historia, allá cada cual con sus prioridades. Llegó al banquillo este hombre acusado de un delito contra la seguridad del tráfico, al haber dado positivo en la prueba de alcoholemia el 16 de agosto del 2015. Ese día, una patrulla de la Guardia Civil vio un coche detenido en la A-52, con un ocupante en el asiento trasero. Encontraron luego en plena actividad sexual a una pareja. Sobrepuesto a la interrupción, el hombre aceptó soplar. Dio positivo. Ninguno de los guardias lo vio al volante. Y si no conducía, no delinquió. Absuelto, pues.

Al acusado, según expresa una sentencia del Juzgado de lo Penal número 1 de Ourense, lo sorprendió la Guardia Civil «haciendo el amor con una señorita del otro lado de la valla de protección de animales» de la A-52, en el municipio de Sarreaus.

Los guardias, que aquel día estaban asignados para colocarse como sombra de un radar, pararon al ver un coche detenido. Preguntaron. El ocupante les dijo que el conductor estaría vomitando en la cuneta. Cosas del alcohol. Lo buscaron y, como en su momento hicieron constar en el atestado, encontraron a quien entonces identificaron como el conductor «manteniendo relaciones sexuales (coito) con otra ocupante». Sopló. Dio 0,97 miligramos de alcohol en aire espirado, muy por encima del 0,25 autorizado. La fiscalía lo acusó, pero una sentencia del Juzgado de lo Penal 1 lo ha exculpado. No ha encontrado la jueza una prueba directa de conducción. Los guardias, de hecho, admitieron que no lo habían visto al volante.

El acusado tenía antecedentes y aquel día incluso estaba privado del permiso de conducir. El coche, de su propiedad, estaba detenido sin que conste cómo llegó hasta allí. Los guardias declararon que los testigos -el ocupante y la chica- habían señalado al ahora absuelto como conductor del vehículo. No fue suficiente. La jueza apreció declaraciones contradictorias, como que la joven dijera estar dispuesta a asumir que ella era quien conducía, si le iba a pasar algo a su amigo. Y aunque el coche estaba caliente y el acusado dio una tasa elevada de alcohol «desconocemos el tiempo exacto que este estuvo fuera del coche, en qué momento exacto pudo realizar la conducción y el grado de afectación», dice la jueza. Tampoco, aclara, aparecieron restos de que hubiera bebido tras abandonar el coche, ante la inminencia de la relación sexual. Así las cosas, manda la presunción de inocencia y el acusado llega al mejor final que podía esperar.