«Ahora no es un momento mejor que en el 2010 para un pacto educativo»

Sara Carreira Piñeiro
sara carreira REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

monica ferreirós

Referencia habitual al hablar de educación, el exministro de Educación repasa lo aprendido en el primer y fracasado intento de acuerdo

26 feb 2017 . Actualizado a las 09:59 h.

Tal vez porque huye de la politiquería, Ángel Gabilondo es un referente de consenso, y, ahora que ha empezado la cuenta atrás para un Pacto Social y Político por la Educación, toda la comunidad educativa lo mira de reojo. Esta semana fue el segundo compareciente en la subcomisión que se encarga de articular un acuerdo y sin duda el que más titulares acaparó. Su experiencia en el 2010, cuando siendo ministro de Educación del PSOE estuvo a punto de conseguir un pacto -que el PP rechazó en el último momento, después de ir aceptándolo durante las negociaciones-, lo sitúa en un lugar privilegiado. Pero nadie puede decir que Gabilondo se aproveche de esas ventajas, más bien exhibe esa generosidad que, recalca, es tan necesaria si se quiere llegar a un documento conjunto.

-¿Cuáles son los escollos que hay que sortear para un pacto por la educación en este 2017?

-Un pacto de esta magnitud exige mucho trabajo y dedicación, un gran esfuerzo de coordinación y concreción de voluntades en un espacio de enorme pluralidad como es el del derecho a la educación. Creo que hay mucho trabajo avanzado y eso también es una enorme riqueza que servirá para el logro de un Pacto Social y Político por la Educación en nuestro país. El mayor escollo para este acuerdo es el recelo o el escepticismo, la actitud que se tenga con relación a este proceso. Hace falta voluntad, buena voluntad, y contar siempre con la comunidad educativa: padres y madres, tutores, profesores, maestros, estudiantes... son esenciales en el proceso. Hay que articular la participación y para eso hace falta, además, trabajo en equipo y liderazgo.

-¿Qué ha aprendido del intento casi conseguido en el 2010 y qué cree que podría servir hoy?

-Hace falta mucha generosidad, capacidad de trabajo y capacidad para acordar con los que no piensan como tú. Hay que evitar introducir en el pacto educativo asuntos que tienen que ver con otras políticas, como podría ser la configuración territorial del Estado, o las relaciones internacionales, o intentar resolver desde la educación todos los problemas sociales.

-¿Se puede sacar adelante un pacto sin decidir algo sobre la asignatura de Religión? En el 2010 no se planteaba, pero ahora es una materia académica.

-El estatus de la Religión ha permanecido más o menos estable en el tiempo. Nunca entendimos que pudiera llegar a ser una materia evaluable, eso fue incorporado con la Lomce, que ha sido, a nuestro juicio, una ley que nació ya con una falta de consenso muy importante.

-¿Cómo valora que la Lomce recogiese alguna de las propuestas del 2010, como el 4.º de ESO como curso puente o las reválidas (finalmente sin valor, como en su pacto) a final de primaria y secundaria?

-No son las mismas propuestas. En la Ley de Economía Sostenible nosotros propusimos una reforma de la Ley Orgánica de Educación con un modelo orientador no segregado. En 4.º de la ESO era el alumno, y su familia, quien decidía, con asesoramiento e información, cuál debía ser su camino formativo. Aprobamos un proceso en un sistema flexible y reversible. La Lomce pervierte esta propuesta y ya no es el alumno quien decide, sino el centro; además, el camino es irreversible. La propuesta, por tanto, es radicalmente diferente: una intenta ayudar al alumno y la otra marca carriles muy profundos para él. En relación con las reválidas pasa algo parecido. No estamos de acuerdo en evaluar repetidas veces a los alumnos con el objetivo de segregar. Nosotros entendemos que si se hacen pruebas a edades tempranas ha de ser para encontrar las singularidades educativas y desarrollar la formación del alumnado con los refuerzos que específicamente necesiten, tanto para los alumnos con peores resultados como para los alumnos con altas capacidades. Siempre he dicho que lo que no se evalúa se devalúa, pero hay que hacerlo para que el sistema acompañe al alumno, no para que lo abandone. A edades tempranas las pruebas son poco fiables porque muchas capacidades aún no están definidas. Y, por encima de todo, las pruebas deben intentar valorar todos los aspectos de una educación integral y no solo los resultados académicos.

-¿Es mejor momento el 2017 que el 2010 para firmar un pacto?

-No necesariamente es un momento mejor. Lo que sí está claro es que ahora la determinación para hacerlo podría estar más compartida. Solo hay que releer los programas electorales para ver que ahora son muchas más fuerzas políticas las que lo han propuesto en los diversos procesos electorales. Y quizás haya una mayor demanda de la sociedad para lograr este acuerdo. En todo caso, hay que tener en cuenta que un pacto no existe. Hay que labrarlo, hay que hacerlo, y hay que generar las condiciones para hacerlo.

Un catedrático de Metafísica al que le gusta pensar y se mueve en metro

El perfil de Ángel Gabilondo es tan blanco que cuando se presentó a la presidencia de la Comunidad de Madrid por el PSOE, el PP solo pudo decir de él que era un erudito. Entonces Gabilondo aprovechó para decir algo que en política parece un tabú: «Preocuparse por leer y por pensar no es un defecto». De ambas cosas debe de saber bastante este donostiarra del 49 que fue fraile, profesor, catedrático de Metafísica, rector de la Universidad Autónoma de Madrid y presidente de la CRUE Universidades Españolas antes que ministro. Desde el 2015 es portavoz del PSOE en la Asamblea madrileña, se mueve en metro, es futbolero de la Real, su palabra favorita es «gracias» y saluda a los bedeles por su nombre.