Negro panorama en las ciudades gallegas si no reaccionan ante la creciente falta de niños

Carlos Punzón
carlos punzón VIGO / LA VOZ

GALICIA

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Cuatro especialistas piden a los partidos que se miren en el espejo francés para alcanzar un pacto demográfico estable y transversal

22 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Las ciudades gallegas están a la cola de Europa en niños. Entre las 946 urbes del continente, la UE sitúa a  Ferrol como la 943.ª con menos pequeños de 0 a 4 años; a Ourense, como la 859.ª; a A Coruña, como la 801.ª; a Vigo, como la 769.ª; a Santiago, como la 673.ª; a Lugo, como la 665.ª; y a Pontevedra, como la 609.ª. Cuatro expertos consultados por La Voz ven en dicha situación un anticipo de cambios que sufrirá la sociedad urbana gallega fruto de su vertiginoso envejecimiento.

Manuel Blanco Desar (economista), Santiago González Avión (sociólogo), Carlos Ferrás (demógrafo) y Teresa Valls (médico)
Manuel Blanco Desar (economista), Santiago González Avión (sociólogo), Carlos Ferrás (demógrafo) y Teresa Valls (médico)

1. ¿Qué consecuencias puede tener la pérdida de población infantil?

2. ¿Cómo cree que se podría revertir esta situación que padece Galicia?

Manuel Blanco Desar

1. Lo económico. «A corto plazo se verán afectados todos los negocios que viven de la infancia, que están abocados a la quiebra al reducirse progresivamente su mercado. Habrá cada vez más locales vacíos y las viviendas seguirán inaccesibles para los jóvenes, que continuarán marchándose a localidades del entorno», advierte Blanco Desar. «En cada generación el número de parejas fértiles se divide por la mitad», señala, por lo que recomienda a modo gráfico que los puericultores se conviertan en gerocultores. «Ya se están cambiando los parques infantiles por los dedicados a los mayores», apunta.

2. Un plan duradero. Desar defiende el plan demográfico francés, establecido en 1945 y respetado por todos los Gobiernos desde entonces. «Aplican una potente política demográfica y enfoques fiscales equitativos para las familias», añade. Aunque lo ve como una responsabilidad de Estado, reclama de los concellos medidas audaces, como la cesión de suelo para que las familias construyan viviendas o tributaciones adaptadas a las familias.

Santiago González Avión

1. Extensión de la crisis. La pérdida de peso de la población infantil es una consecuencia de la falta de medidas frente al declive demográfico, primero en el rural y ahora en las ciudades. Comarcas enteras, según González Avión, perderán hasta el 20 % de su población en menos de una década. «É unha bomba de tempo e Galicia entrará en colapso como poboación e chegará no 2050 a ter un censo menor que o de 1900», advierte.

2. Conciliación. «Non se pode agardar a que pase o mesmo que no rural. Hai que actuar xa, cun acordo entre as forzas políticas, como se fixo en Francia», defiende. Cree que las recetas demográficas deben aplicarse a todos los hábitos de asistencia social, incidiendo de manera especial en lo que favorezca la conciliación familiar y corte los obstáculos que lastran las carreras laborales de las madres.

Carlos Ferrás Sexto

1. Pérdida de peso. Apatía social, multiplicación de servicios de salud para una población envejecida, paralización del mercado inmobiliario, salida de jóvenes hacia municipios periféricos y cierre progresivo de negocios son las consecuencias que Ferrás considera que sufrirán las urbes gallegas si siguen perdiendo población infantil. «Las ciudades dejan de ser referentes de innovación y vitalidad», avisa.

2. Se puede revertir. Con incentivos y planificación en materia de vivienda; rehabilitando los centros históricos; promoviendo la creatividad y la implantación de nuevos negocios, e impulsando la sostenibilidad ambiental el demógrafo cree que las urbes pueden recuperar su capacidad de atracción. Pero sobre todo Ferrás reclama que Galicia ordene y pacte su sistema urbano para que las ciudades se complementen y no compitan entre sí. «Hay que coordinar sus políticas turísticas, aeropuertos, universidades, hospitales, desarrollo. Hay que empezar, es urgente», clama.

Teresa VallsDurán

1. Sin relevo. «La pirámide poblacional está adelgazando por la base y nos estamos quedando sin repuesto generacional», advierte como primera consecuencia del descenso en el número de niños. «No habrá gente en activo suficiente para mantener las pensiones. Será un problema», considera.

2. Más permisos. La presidenta de los pediatras de atención primaria cree que hay multitud de medidas que se pueden tomar para favorecer a quienes deseen tener hijos. «No hay conciliación ni en la medicina pediátrica», señala, apuntando que el personal sanitario joven tiene muy difícil afrontar un proyecto vital al estar abocado en muchos casos a la atención de pacientes por las tardes. «Tiene que haber una combinación de medidas que, por ejemplo, permitan tener más tiempo para atender a los niños después del parto, como en los países nórdicos», pide.