«Non me quedan ganas de coller o móbil, polo menos paseando»

Inmaculada Eiroá González
inma eiroá VIVEIRO / LA VOZ

GALICIA

PEPA LOSADA

Rescatan a una viveirense que cayó al mar al despistarse mientras wasapeaba. «Funme directa á auga, menos mal que estaba a marea chea, que se non...»

14 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Utilizar el móvil mientras se conduce es peligroso, ya lo sabíamos todos. Tampoco es recomendable despistarse con él mientras cruzamos una calle. Pero lo que nadie nos advirtió fue de la posibilidad de caerse al mar. Justo lo que le sucedió este domingo a Susana Folgueira, una vecina de Viveiro de 27 años de edad, cuando paseaba por la zona del puerto deportivo e la localidad: «Ía co was cunha amiga e non me decatei de que se acabara o camiño e caín ao mar. Funme directa á auga, menos mal que estaba a marea chea, se non...».

Cuenta que se cayó entre el pantalán y el paseo marítimo, en un lugar donde no existe escalera para subir, por lo que salir del agua por sus propios medios era imposible, excepto que empezara a nadar y diera un buen rodeo, hasta encontrar un lugar accesible. Susana tuvo la suerte de que la oyó gritar una pareja que se encontraba del otro lado de la ría y llamaron a la policía.

«É para rirse, pero paseino bastante mal. Viñeron bastante rápido a auxiliarme, pensaron traer unha lancha, pero un policía dixo de amarrarme unha corda á cintura e así me sacaron. Portáronse ben. Leváronme a urxencias, pero eu o único que quería é ir rápido para a casa; estaba mollada e co frío e quería cambiarme», explica la afectada.

La caída no tuvo mayores consecuencias para su salud, a pesar de que el agua estaba helada y de que quizás habría más de dos metros de altura en el lugar desde donde cayó. Según explicó, después de caerse se arrimó al muro y a pesar de que mide 1,74 metros de estatura aún quedaba por encima de ella un metro largo de pared. Del otro lado del WhatsApp, la interlocutora ni siquiera se enteró de lo ocurrido. El móvil, simplemente, dejó de funcionar. Una de las cosas que le quedó clara de esta accidental experiencia es que «non me quedan ganas de coller o móbil, polo menos paseando», dice. En su caso tuvo suerte de que la oyeran y de que la Policía Nacional, Local y el Grumir de Viveiro acudieran con prontitud para sacarla del agua.