La baja producción de la vacuna de la meningitis desabastece a las farmacias

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Emilio Cerviño

A Ourense prácticamente no llegan dosis y en Pontevedra se reducen a la mitad

10 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La vacuna de la meningitis B nunca llegó con normalidad a las farmacias gallegas desde que se autorizó su venta el 1 de octubre del 2015. Pero dentro de esta escasez el suministro ha ido variando, y actualmente el desabastecimiento es notable. La Agencia Española del Medicamento informó a finales de enero de la limitación de las unidades por problemas en la fabricación, y esto ya ha traído consecuencias, dejando a los establecimientos sin vacunas durante semanas.

En el colegio oficial de farmacéuticos de Pontevedra aseguran que la distribución de las vacunas ha caído de forma considerable. Un ejemplo: en septiembre del 2016 llegaron 4.000 dosis, en octubre unas 4.800, pero en enero la cifra bajó a 2.027 en las boticas de esta provincia, y en febrero se esperan solo 1.174. Hay unas 430 farmacias, lo que implica menos de tres al mes por establecimiento. En Ourense, sostienen también desde el colegio, el suministro se estanca al menos hasta marzo, lo que implica que prácticamente ni llegan dosis.

La provincia de A Coruña también nota la caída pero presenta mejores cifras. Según las estimaciones del colegio, en enero se distribuyeron unas 4.500 dosis de Bexsero -nombre comercial de la vacuna- en las 549 farmacias, lo que implica unas ocho al mes por establecimiento, mientras que en lo que va de febrero solo llegaron 800, poco más de una de media en nueve días.

En Lugo, explica el presidente del colegio, Alejandro Sánchez, el descenso del suministro en enero y febrero respecto a los últimos meses del 2016 se sitúa en un 30 o 40 %. Eso sí, aunque todos los colegios han recibido el aviso de que la vacuna se normalizará a partir del segundo trimestre, pocos confían en que llegue con regularidad, porque el desabastecimiento acumula ya más de dieciséis meses.

El laboratorio que la comercializa en España, GSK, asegura que en el año 2016 se enviaron a las boticas españolas «más dosis que a ningún otro país en donde la vacuna no esté financiada por el Estado», es decir, que no forme parte de un calendario de vacunación. Además, la inmensa mayoría de las dosis se distribuyen en oficinas de farmacia, y menos del 5 % van directamente a las clínicas privadas.

Retrasos por un análisis

Cuando Bexsero llegó a las farmacias en octubre del 2015 y el número de solicitudes superó con creces al de unidades, el laboratorio alegó que la producción de una vacuna no es tan sencilla como la de otro tipo de medicamentos, e implica unos nueve meses en el proceso de fabricación. Lo cierto es que pasados los nueve meses la oferta nunca cubrió la demanda. Ahora, GSK alega que el retraso de unos lotes que estaban destinados a España se debe a unos análisis realizados antes de liberar las vacunas, análisis no excepcionales y que se deben a la complejidad de la liberación de la vacuna y al proceso de control. Aún así, sostienen desde esta empresa, «en España se suministraron en el mes de enero 110.000 dosis».

Para elevar la producción se ha aumentado la capacidad productiva de las fábricas, aumentando la capacidad en la fase de llenado de jeringa entre otros procesos. Además, se está construyendo una nueva fábrica en Marburgo (Alemania), para aumentar la capacidad de producción de algunos de los componentes.

Desviadas de Portugal

Lo cierto es que en Galicia existe una demanda de la vacuna de la meningitis B que no hay en el vecino Portugal, donde pueden encontrarse dosis en stock. Sin embargo, el laboratorio solo en una ocasión desvió un lote de 23.300 dosis previstas inicialmente para el país luso a las farmacias españolas, aunque como el número de establecimientos es de más de 22.000 en todo el Estado, únicamente llegó una inyección a cada farmacia de media.

«Al final me llamaron para la tercera dosis. Si no, hubiese vuelto a Portugal»

María tiene dos hijas y tomó la decisión de vacunarlas cuando apareció un caso en un colegio de Oleiros. Sus sobrinos, recuerda, estaban matriculados en ese centro o en uno próximo «y realmente me dio miedo». Habló con la pediatra de las pequeñas y le aconsejó ponérsela, «pese a que me dijo que al no tener contacto el riesgo era muy pequeño». Y como no había vacunas en España María lo tuvo muy claro, se puso en contacto con una farmacia de Valença para conseguir cuatro dosis. No tuvo que esperar y las vacunas fueron directamente a la nevera de la clínica compostelana en la que atienden a sus hijas.

El caso de María, dice, es diferente, porque está muy sensibilizada con la enfermedad. Una hermana de su padre se murió de niña de meningitis, «y quizás por ello tengo una visión sesgada y distinta», pero en su caso asegura claramente no entender que la vacuna no forme parte del calendario de vacunación infantil.

Como su hija pequeña aún necesitaba tres dosis, la tercera tuvo que solicitarla en una farmacia gallega. «Me apunté a seis, y me llamaron solo de una», dice. Eso sí, admite que en su caso no esperó en exceso, menos de dos meses. La acaban de llamar de una de estas boticas y debe recoger la famosa Bexsero. «Finalmente me dijeron que sí había dosis, si no, mi opción hubiera sido irme a Portugal otra vez».

También la varicela

No es la única vacuna que María ha ido a buscar a Portugal. También le coincidió la prohibición de la vacuna de la varicela en las farmacias españoles, cuando además en el calendario infantil no se ponía hasta los doce años. Como su hija mayor iba a la guardería y la pequeña era un bebé, también le recomendaron inmunizarlas de la enfermedad, para que la pequeña no se contagiase si la mayor cogía la varicela en la escuela infantil, por lo que decidieron acudir a la farmacia lusa para las primeras dosis, mientras que las segundas ya las adquirieron aquí.

Ni María ni muchas madres y padres entienden que en Portugal no solo no haya lista de espera, sino que incluso haya stock en las farmacias de la vacuna de la meningitis. «Mandé un correo electrónico diciendo que iba a Portugal, que me reservasen cuatro dosis y no tuve que esperar. Si Bexsero suministra a Portugal, ¿por qué no suministra a España?», se pregunta.