La FP se pone de moda en Galicia

Tamara Montero
tamara montero SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

SANDRA ALONSO

La formación profesional bate su récord de alumnos, con casi tantos como la universidad, y también el de inserción: ocho de cada diez titulados logran colocarse en el mercado laboral

28 ene 2017 . Actualizado a las 08:22 h.

Una tasa de inserción laboral que roza el 80 %. Siete de cada diez que encontraron trabajo, se colocaron en menos de seis meses. Uno de cada cuatro se quedó en la empresa en la que hizo las prácticas. Son datos del último informe sobre inserción laboral de los estudiantes de formación profesional en Galicia, una rama de enseñanza que desafía la crisis y la cola del paro. En solo dos cursos, la inserción laboral de la FP ha aumentado 25 puntos porcentuales. En el 2012, poco más de la mitad de los que se titularon encontraron un empleo.

Según los datos recabados a través de cerca de 3.000 encuestas entre titulados en el 2014, en la formación profesional la brecha de género se estrecha. La tasa de inserción de los hombres es solo dos puntos superior a la de las mujeres. Da un paso atrás en el caso de los ciclos medios, donde la diferencia por género es de cinco puntos a favor de los varones. Las tornas cambian en el caso de los grados superiores: ellas encuentran más trabajo que ellos. En concreto, la tasa de inserción femenina es de 1,4 puntos porcentuales superior a la masculina.

Las cifras varían, además, dependiendo de la rama de conocimiento que se escoja. La que menor tasa de inserción laboral es artes gráficas. Con todo, el 66 % de los titulados han encontrado trabajo. Por encima del 80 % están las ramas de instalación y mantenimiento, fabricación mecánica, servicios socioculturales a la comunidad, marítimo pesquera y energía y agua. Por debajo del 70 % se sitúan los estudios relacionados con el sector agrario y las artes gráficas.

De todos modos, la Consellería de Educación puntualiza que los bajos porcentajes en algunas de las familias no están directamente relacionados con una baja empleabilidad, sino con que los titulados siguen estudiando después de terminar ese ciclo. Es el caso, por ejemplo, de las familias profesiones de actividades físicas y deportivas, de imagen y sonido y de sanidad.

Y también hay diferencias dependiendo de si se trata de ciclos medios o superiores. Los segundos tienen una tasa de inserción laboral nueve puntos superior a los primeros, que se quedan un 72 % frente al casi 81 % de los títulos superiores. Además, hay diferencias por provincias. Los alumnos de formación profesional que encuentran más trabajo, según los datos, son los de Lugo. La tasa de inserción de la provincia es del 78 %, mientras que en las otras tres esa cifra se queda en aproximadamente un 76 %.

El 13 % empieza indefinido

Sin embargo, en unas cifras tan brillantes hay alguna que otra sombra. La temporalidad manda. Dos años después de haber terminado sus estudios, tan solo el 17,2 % de los titulados con trabajo tienen un contrato indefinido. Es una cifra, aunque exigua, superior a la de la tasa de titulados en FP que comienzan su vida laboral como empleados fijos. Según este estudio, el 13 % de los alumnos firmaron como primer contrato uno indefinido.

Además, el perfil de los alumnos también ha ido cambiando con el paso de los años. Hace un par de cursos, el 11 % de los estudiantes decía tener trabajo mientras estudiaba. Esa cifra ha crecido tres puntos.

Quizá por eso, la matrícula ha venido multiplicándose durante los últimos años. En el 2008, optaron por la formación profesional menos de 33.000 estudiantes. Este año son más de 50.000 los que copan las aulas de los centros de FP de la comunidad. La cifra casi se ha igualado con el número de estudiantes universitarios, que parece que lo tienen un poco más difícil a la hora de encontrar un empleo. Según los últimos datos disponibles, el 46 % de los graduados en el 2012 buscó y encontró empleo. Otro 35 % buscó, pero no encontró. Y el tiempo medio para colocarse se situó en casi diez meses, la cifra más alta de la serie histórica.

«As demandas de traballo chégannos dos sitios menos pensados»

El que estudia en este centro, encuentra trabajo. Lo demuestran las estadísticas. La tasa de inserción laboral del CIFP Compostela, en Santiago, fue el curso pasado del 92 %. Es decir, nueve de cada diez titulados que estaban en disposición de trabajar encontraron un empleo. Solo diez estudiantes buscaron trabajo y no lo encontraron. En algunas de las titulaciones esa cifra fue, directamente, cero. Es el caso del ciclo superior en dirección de cocina. Casi el 70 % de los titulados tienen trabajo, y lo tienen en ese sector. El 22 % continuó con sus estudios y un 11 % decidió no buscar trabajo. «Hai ciclos que se manteñen sistematicamente. Todo o que é servizos e cociña é o 100 % todos os anos dende hai 50 que estamos a piques de cumprir». Lo explica el vicedirector del centro, Manuel García Santiso. Es más, las demandas de trabajadores aumentan cada año. «Se miramos o número de chamadas de teléfono que hai, máis dun 80 % son para traballar en cociña ou en servizos».

El CIFP Compostela es inmune a la crisis. Aunque el sector de la restauración estuvo muy tocado en los peores años de la recesión económica, «a demanda seguiu sendo efectiva». Y si algún estudiante se quedó sin trabajo, pudo deberse «a que as ofertas non fosen do interese do estudiante».

Esas ofertas llegan de muchas maneras. La menos común, la más oficial: que las empresas envíen sus puestos disponibles y que estos se publiciten entre los estudiantes. Por ese medio recibieron el curso pasado 216 ofertas, apenas el 30 % de las posibilidades de inserción. Porque como fluye el trabajo en este centro es con el boca a boca. Tienen situaciones de lo más curioso. «Como nos coñecen en todos os lados, imos tomar un café e dinnos que precisan un cociñeiro. Volvemos aquí e tentamos buscalo». Lo hace todo el personal del centro.

Funciona también el boca a boca entre los estudiantes. Aquellos que ya tienen un puesto llevan en la mochila una oferta de trabajo para sus compañeros «e son a mellor selección, porque eles mesmos escollen ao mellores para ir con eles». De esa función altruista extendida entre la comunidad educativa del CIFP Compostela no queda registro, pero según los cálculos de García Santiso, supone el 70 % de las posibilidades de inserción laboral que hay en el centro.

¿Cuál es el milagro? «Hai un coñecemento de onde estamos e que facemos. E a demanda vén dos sitios menos pensados». Manejan ofertas de Francia, de Suecia, de Finlandia... Y hasta de Arabia Saudí, a donde se fue como jefe de cocina un joven formado en las aulas compostelanas. Sus exalumnos, hoy trabajadores y empresarios, son los mejores embajadores. Ayer mismo, Juan Crujeiras, cocinero con una estrella Michelin, estaba dando una masterclass en las mismas cocinas en las que él se formó.

Pero también lo es la enseñanza práctica. Lo dicen los titulados universitarios que luego optan por una FP, que cada vez son más. ¿Ha cambiado el perfil de sus alumnos? Sí. Hay también gente que trabaja. E incluso alumnos que se han apuntado como una afición. Porque les gusta cocinar, por ejemplo.