«Dixémoslles: "Ai, Dios mío, levade os cartos, pero non nos maltratedes"»

Maite Rodríguez Vázquez
Maite rodríguez OURENSE / OURENSE

GALICIA

Miguel Villar

A pesar de entregarles el dinero que tenían, los malhechores golpearon al marido, exigiéndole más

18 ene 2017 . Actualizado a las 07:34 h.

El matrimonio octogenario, 84 años él, Ramón Rodríguez, y 82 ella, Adoración Vide, no opuso resistencia alguna cuando cinco asaltantes encapuchados se abalanzaron sobre ellos al caer la noche del lunes en su vivienda de O Rial, en San Mamede de Urrós (Allariz). Sin embargo, los cinco hombres golpearon repetidamente al anciano propietario, exigiéndole más dinero y amenazándolo con matar a ambos si no se lo daban. El primer golpe se lo propinaron con un palo en la cabeza, cuando el octogenario acababa de cerrar la puerta del garaje en el patio de su casa. Tres de los delincuentes se quedaron con el marido y dos se fueron al interior de la casa a maniatar a la mujer. «Non se asuste, tranquila, é un atraco», le dijeron a ella, que respondió: «Ai, Dios mío, levade os cartos, pero non nos maltratedes». Luego pasaron a las amenazas más duras: «Nós sabemos que tedes moitos cartos na casa. Se non nolos dades, matámosvos aos dous», relata Vide, todavía traumatizada por la paliza que recibió su marido. Además del golpe en la cabeza, los delincuentes le pegaron en una mano con una pistola y le dieron patadas. Ramón les entregó 1.500 euros que llevaba en la cartera -es tratante de ganado y esa mañana había ido a la feria en Allariz-, además de otros fajos de 200 que tenía en la casa y mil más que guardaban en la caja fuerte. A pesar de ello, los ladrones pusieron todo patas arriba y destrozaron puertas buscando más. Al anciano lo pusieron atado sobre la cama y lo intimidaron para conseguir más dinero. En total se llevaron entre 3.500 y 3.700 euros, relata la pareja.

La terrible experiencia duró una hora y media aproximadamente. Los asaltantes entraron aprovechando que el matrimonio todavía no había conectado la alarma de la vivienda, sobre las 18.30 horas. El perro ladró pero Ramón no vio a nadie. No le dio tiempo de reaccionar antes de recibir el primer golpe. Probablemente los encapuchados accedieron a la finca por la parte trasera, donde se encontró una escopeta que se llevaron de la casa. Hablaban en gallego y no les vieron las caras. La mujer cree que un coche blanco que vio varios días aparcado delante de su vivienda y que arrancaba en cuanto la detectaban pudiera tener que ver con los asaltantes, que quizás les hicieron un seguimiento previo semanas antes para conocer sus costumbres. Ayer, su hijo Felipe Rodríguez Vide clamaba contra la «impotencia» que se siente por un hecho así. «Non teñen corazón, ao que chegamos de vellos», lloraba la madre, asistida por vecinos. La Guardia Civil siguió ayer examinando el lugar para buscar pistas de los autores.