La precampaña más larga deja tiempo para remendar los descosidos internos

j. c. SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Lavandeira jr | EFE

Feijoo intenta demorar el debate de la sucesión mientras la oposición prepara congresos que se antojan decisivos

08 ene 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El 2017 será un año político para lamerse las heridas. Todos los partidos, en mayor o menor medida, tienen mellas tras un ejercicio en permanente estado de tensión electoral que ha dejado una certeza: la fortaleza de Feijoo incluso por encima de su partido; y varios rotos en las casas de la oposición, en las que por momentos es difícil discernir si están en construcción o en derribo.

PPDEG

La sucesión. El presidente popular es consciente de que desde que ganó el 25S todos sus movimientos se han analizado con la lupa sucesoria. Como todavía tiene decisiones inminentes por delante -elegir qué conselleiros se quedan en el Parlamento y siguen en la carrera- el PP ha optado por neutralizar el debate a lo grande, dejando abierta la posibilidad de que Feijoo siga en Galicia «por responsabilidade» renunciando a la limitación de mandatos que ha vuelto a discutirse estos días. El siguiente reto interno será resolver los congresos locales inminentes -A Coruña y Lugo- donde se perfilan cambios de calado.

EN MAREA

En construcción. Acuciada por la oleada de citas electorales consecutivas en las que fue perdiendo fuelle, En Marea busca ahora una meseta firme en la que apoyar su alternativa. Entre reticencias, sobresaltos y sibilinas traiciones, Luís Villares ha ido encajando su perfil supuestamente neutral entre la amalgama de familias políticas que multiplican las fuerzas, pero también los problemas. De hecho, está por ver la repercusión gallega que pueda dejar la crisis abierta en Podemos, que de momento ha reabierto heridas entre miembros del partido instrumental que, dicho sea, ni se hablaban durante la campaña. A finales de este mes celebrarán elecciones para diseñar su aparato, y Villares trabaja estos días en una lista de consenso que le permita coger las riendas sin pedir permiso para casi todo.

PSDEG

En funciones. El PSdeG tiene algo más que rotos en sus prendas. Con gestoras en funciones en Madrid y Santiago, vive doblemente pendiente de su crisis interna porque la solución para Galicia irá a remolque de la estatal -más allá de junio-, así que el 2017 se le hará más largo que a nadie. Sin más alcaldías potentes que defender que la de Vigo, a su aire, Fernández Leiceaga se convierte en el modulador del discurso gallego desde la potente plataforma parlamentaria, desde la que puede disputarle el liderazgo de la oposición a Villares por la vía dura o tendiendo la mano a Feijoo. Ese es su dilema.

BNG

Grietas en vez de abismo. En el BNG viven convencidos de que los tiempos convulsos que otros están padeciendo ya están superados. Antes de las autonómicas pensaron que el abismo se abría bajo sus pies, pero al final el suelo electoral resultó tener solo unas grietas por las que, eso sí, se han escapado miles de votos. El Bloque tiene congreso en marzo, pero ya no se habla con dramatismo de refundación ni de revolcón ideológico. El liderazgo de Ana Pontón, incuestionable, les permitirá trabajar su autoestima.

El PP le enseña la proa a las mareas y prioriza la reconquista de las ciudades

El 26 de septiembre por la mañana , sin tiempo para celebrar la tercera mayoría absoluta, el presidente Feijoo le puso deberes al secretario general del PPdeG: trabajar desde el primer minuto las municipales a nivel interno e iniciar un férreo marcaje a los alcaldes de las mareas en las tres ciudades coruñesas. Miguel Tellado, sin disimulo, ha puesto proa a las naves urbanas «do cambio» y desde hace un mes es rara la semana en la que no les envía un torpedo, si no les dedica dos ruedas de prensa en menos de 24 horas para sacar a la luz sus «disparates».

En el sur la estrategia popular es distinta. Resistir en Ourense y recuperar la Diputación de Pontevedra son los objetivos prioritarios, y para ello ha dejado encarrilado el liderazgo de Elena Muñoz en Vigo y prepara a fuego lento sus apuestas en la capital provincial y en Lalín.