Gallegos con discapacidad intelectual reivindican que Mara pueda votar

Tamara Montero
tamara montero SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

Álvaro Ballesteros

Fademga reclama la revisión de las sentencias de incapacidad para adecuarlas

30 dic 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

«Coñezo de xeito directo a capacidade das persoas con síndrome de Down para facer o traballo que corresponda». El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijoo, conoce a Elías Ledo, un chico de 28 años que está a punto de terminar unas prácticas como ordenanza en la Xunta. Que también las ha hecho en la Universidade de Santiago, en un banco y que un tiempo estuvo contratado en una tienda para bebés. Que tiene dos ciclos de FP, uno de Comercio y otro de Administrativo -está a punto de empezar las prácticas en el Concello de Santiago-. Que se ha presentado a unas oposiciones en Madrid y prepara las que están a punto de tener lugar para obtener una plaza en la Xunta. Que quiere irse a vivir con amigos y con su novia. Que vota desde que es mayor de edad. Que tiene síndrome de Down. Y que no entiende la decisión del Tribunal Constitucional de no pronunciarse sobre que le haya retirado el derecho a votar a Mara.

«Buena pregunta -responde Ledo con una sonrisa a la cuestión de qué opina de los que dicen que las personas con síndrome de Down no pueden hacer lo mismo que el resto-. ¿Te refieres a votar?». Por ejemplo. «Votar no perjudica a nadie. A la única que perjudica es a la persona a la que no dejan votar. Porque te quitan tu libertad». Así que no le gusta que le hayan retirado ese derecho fundamental a Mara porque, según la forense, no entiende cómo funciona el sistema político y electoral de este país. Piensa que cualquier persona lo entiende. Y él vaya si lo comprende. Porque se ha presentado y ha ganado las elecciones a representante de los usuarios de Down Compostela en el patronato de la fundación. Ahora ejerce de correa de transmisión de las quejas de los usuarios a la dirección del centro. Por ejemplo, «que desaparecen cosas, como bolis o gomas. O que las sillas están un poco flojas o que las mesas están algo sucias».

Se ha presentado a unas elecciones y además ejerce su labor diaria entre las bambalinas de la política. Su trabajo como ordenanza -unas prácticas no remuneradas gracias a un convenio entre Down Compostela y la Xunta- consiste en llevar el correo, hacer fotocopias y también llevar cosas al Parlamento de Galicia. Y al Consello de la Xunta. Está en el mismo centro político de Galicia.

Su padre, también Elías, recuerda que lo que pide el colectivo es asesoramiento para que estas personas puedan tomar decisiones informadas y con libertad. Es el mismo derecho al que apela Eladio Fernández, presidente de Fademga, una federación que ya ha solicitado la revisión de las sentencias de incapacidad a las personas con discapacidad intelectual para que se ejerza una tutela en la que tengan «potestad» para ejercer aquellas capacidades que sí puedan desarrollar. Como votar en unas elecciones. Cosa que ha hecho Elías con total normalidad desde los 18 años. Igual que Carina Seoane, una joven de 31 años que es usuaria del servicio de empleo de Fademga. «Voy con mis padres, les doy el DNI, me dicen “vota” y ya está», cuenta desde A Estrada. Ha votado desde que podía. Sin ningún problema. Y define como «una injusticia» la retirada de ese derecho a Mara. «Tiene el mismo derecho y el mismo deber, como toda persona española». Así que cree que «eso lo deberían cambiar, no pueden discriminarla por tener síndrome de Down». Y cita la ley. La que estudia para las oposiciones: «No se puede discriminar por razón de sexo, raza o ninguna discapacidad». Y la decisión del Constitucional le parece «indignante». Lanza una pregunta al aire: «Imagínese que fuese un hijo de ellos. ¿Qué harían? No se puede discriminar sin más», concluye.

«Si alguien con Down tiene capacidad para trabajar en este ministerio, puede votar»

La ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, Dolors Montserrat, también ha salido a la palestra para valorar lo que ha ocurrido con el caso de Mara. Y cree que el derecho a voto para las personas con discapacidad deber ser la norma general y no la excepción. ¿Dónde se fija el límite? En su capacidad de discernir. «Todos somos iguales pero con capacidades distintas; si alguien con una capacidad distinta, por ejemplo síndrome de Down, tiene las capacidades necesarias para trabajar en este ministerio, también puede votar», ha dicho la ministra en declaraciones a Efe. Las asociaciones de discapacitados miran ahora hacia la reforma de la ley electoral anunciada por el Gobierno con la esperanza de que se eliminen discriminaciones.

«Queremos que la ley se revierta, que sea norma general que las personas con discapacidad puedan votar y la parte exclusiva que no puedan votar. Ahora es al revés», ha reconocido Montserrat, que sin embargo ha advertido de que la reforma de la ley electoral debe alcanzarse con el consenso de todos los grupos políticos y después de que se analice en la Comisión de Discapacidad del Parlamento. En esa comisión comparecerán todos los agentes implicados «para explicar cuáles pueden ser las líneas rojas, por dónde avanzar y que sea una ley hecha desde el consenso y el diálogo y aprobada por unanimidad». La necesidad de la reforma viene dada por las recomendaciones realizadas por Naciones Unidas, el Defensor del Pueblo y también la Fiscalía General respecto de la actual norma electoral.

Feijoo pide reflexión sobre limitar los derechos civiles

«Comprendo a frustración da familia e das asociacións», y aunque Alberto Núñez Feijoo dice que hay que respetar las sentencias y lo que determina la Justicia, se esté o no de acuerdo, también reconoció ayer que «convendría reflexionar de forma aberta e sosegada», porque limitar los derechos civiles «é un asunto de enorme transcendencia» y en el caso de las personas con síndrome de Down habría que hacer determinaciones, porque «non todos teñen a mesma intensidade».