Envían a prisión a un hombre después de que su nieta grabase los abusos

alberto mahía A CORUÑA / LA VOZ

GALICIA

El padre de la menor está siendo investigado por agresiones

15 dic 2016 . Actualizado a las 19:48 h.

La adolescente, con 15 años, atemorizada y amenazada de muerte si decía una palabra de lo que le estaban haciendo, se llenó de valor y grabó como su abuelo abusaba de ella. Fue así como en agosto, cuando las agresiones sexuales por parte de su abuelo, supuestamente, eran ya diarias, consiguió obtener imágenes que lo delataban. Pero el miedo le pudo y las borró.

Continuó desde entonces sufriendo las presuntas agresiones sexuales por parte de su abuelo, y golpes por parte de su padre. Hasta que la semana pasada reunió fuerzas y volvió a grabar uno de esos horrendos episodios. Le envió a su madre el vídeo por mensaje telefónico, esta lo llevó a la policía y este martes la titular del Juzgado de Instrucción número 3 de A Coruña envió al hombre a prisión comunicada y sin posibilidad de fianza tras tomarle declaración. La acusación particular no cree, como trascendió en un principio, que la pequeña hubiese tenido la idea de grabar con su móvil las agresiones después de ver este verano en las redes sociales que una niña madrileña era como había demostrado que su padre la violaba. 

Excusas hasta que vio el vídeo

El ahora encarcelado en el centro penitenciario de Teixeiro, sentado frente a la jueza negó con rotundidad los hechos que le imputaban. Hasta que su señoría le puso un vídeo que él no esperaba. Al ver aquello, el investigado cambió de estrategia. Admitió los encuentros con su nieta, pero «por coacciones» de ella. No lo creyeron y lo enviaron a la cárcel como investigado por un posible delito de abusos sexuales continuados con los agravantes de menor de edad y parentesco. También el padre de la menor declaró en comisaría después de que la adolescente lo acusase de darle golpes. La jueza escuchó al investigado, lo puso en libertad, pero le retiró la custodia de la cría, devolviéndosela a su madre. Además, se prohíbe al padre acercarse a menos de 100 metros de la niña y de su hermano, así como de su domicilio, centro de estudios o cualquier otro lugar donde se encuentren. Además, deberá pagarle a su ex compañera sentimental 500 euros al mes en concepto de pensión alimenticia.

Esta niña fue adoptada en el extranjero cuando apenas tenía 3 años de edad. De ella se hizo cargo un matrimonio. Convivieron juntos hasta que la relación se rompió y la menor fue dada en custodia al padre debido a las limitaciones económicas de la madre. A partir de entonces, la ahora adolescente pasó a residir con su padre y sus abuelos paternos. La niña reconoció ante la jueza que tuvo una infancia feliz. Estuvo bien cuidada y jamás le faltó de nada. Pero al cumplir los 11 años, su abuelo comenzó a abusar de ella, según denunció. Comenzó exigiéndole besos y poco a poco fue a más. Durante cuatro años, las agresiones sexuales fueron en aumento. El trato que le dispensaba su propio padre también tenía a la niña atemorizada, según declaró, pues le pegaba.

La niña tenía que trabajar

En aquella casa no llevaba la vida de una niña normal de su edad. Tenía que trabajar en labores domésticas a todas horas y no tenía permiso para salir a jugar. Apenas tenía amigas.

Ante la jueza, la menor también recordó que en una ocasión su abuela pasó frente a la habitación en la que se encontraba con su abuelo y se dio cuenta de que algo malo estaba ocurriendo. Pero el hombre le puso una excusa y en la vivienda todo continuó como si nada. Fuentes judiciales sostienen que el vídeo no deja lugar a dudas de los abusos que estaba sufriendo la menor.