«Llevé la culpa de algo que no es. No tengo nada que ver con el terrorismo»

Patricia Blanco
Patricia Blanco CARBALLO / LA VOZ

GALICIA

José Manuel Casal

El argelino Abdelkader Redjimi llegó a Vimianzo tras ser puesto en libertad: «Solo traté de ayudar a mi hermano»

02 dic 2016 . Actualizado a las 08:34 h.

Exactamente 72 horas después de su detención, Abdelkader Redjimi volvió ayer a su casa de Tufións (Vimianzo). Pasadas las doce y media del mediodía, el joven argelino, de 33 años, abrazó a su familia. Fue puesto en libertad en Madrid a las 20.10 horas del miércoles, según consta en el acta de la Dirección General de la Guardia Civil. Con ella en la mano, aseguraba minutos después a las puertas de su vivienda: «Yo solo traté de ayudar a mi hermano. Llevé la culpa de algo que no es. No tengo nada que ver con el terrorismo».

Se le relacionó con una red de inmigración irregular, una red de captación de yihadistas. «Yo no tenía conversaciones de eso ni nada, y así lo vieron. Lo único que había era que mi hermano [en trámites de empadronamiento en la casa de Tufións], estaba en Turquía y yo quise ayudarlo a llegar hasta aquí. Es mi hermano», manifiesta. Cree que ahí estuvo el motivo que pudo dar pie a un malentendido y a su posterior detención: «El teléfono con el que yo contactaba con él era de Argelia. Cuando llegó a Turquía, con esa línea, aún podía hablar conmigo. De ahí se fue a Grecia y empezamos a contactar con otras tarjetas [telefónicas], de una oenegé. Llegó a Francia y lo fuimos a buscar. Nada más».

«Yo no quiero que me echen la culpa del terrorismo, porque no tengo nada que ver con eso. Si la tuviese no creo que hoy estuviese aquí, en casa. La gente sabe que soy una persona que tengo mi trabajo, mi casa, mi vida aquí», añade. Dice haberse sentido mal estos días («aunque donde estuvimos detenidos nos trataron bien») y agradece el apoyo de su familia. Tuvo complicaciones para llegar desde Madrid a Galicia: no por la documentación -tenía DNI, pero el resto no se la habían entregado aún ayer-, sino por el dinero. Solo disponía de 50 euros -lo máximo que le habían permitido llevarse- y no era suficiente para el tren. Tampoco para el bus, más barato (además tuvo que llegar a la estación), por lo que pidió «algo» a la gente: «Les doy las gracias, pude llegar a casa. Cogí el último bus, el de las doce y media de la noche. Quiero dar las gracias también a todos los vecinos que me apoyaron, y al alcalde. Quiero limpiar mi nombre y el de mi familia: soy una persona que está pensando en su trabajo, con otra vida, no pensando en terrorismo ni nada. No encontraron nada en la casa, solo documentos de mis hermanos».

Dice que ahora está tranquilo, pero le preocupa quedarse sin empleo. Pese a todo, cree que hay que «luchar por la vida». A su lado, su mujer pide prudencia antes involucrar a una persona en un delito así: «Hemos sufrido todos, él el primero». Siempre defendió su inocencia, «ata que me demostren o contrario». Recuerda la aparatosa detención. Abdelkader lleva 7 años en Galicia, tres empadronado en Tufións. Tiene con su pareja un pequeño de 13 meses. En el acta de puesta en libertad se hace constar que, a pesar de los indicios probatorios de responsabilidad penal, dado que tiene domicilio conocido y carece de antecedentes policiales o relación delictiva anterior, queda en libertad con la obligación de comparecer ante la autoridad judicial «en el caso de ser requerido para ello», no pudiendo abandonar España y notificando, de producirse, cualquier cambio de hogar. 

La Guardia Civil cree que la red de inmigración pudo facilitar el paso de terroristas de modo «inconsciente»

Los dos argelinos detenidos el lunes en Arteixo y en Vimianzo y trasladados a Madrid fueron puestos en libertad por la Guardia Civil a última hora de la tarde del miércoles. También quedaron libres los dos marroquíes arrestados en Almería dentro de la misma operación. Ni siquiera fueron llevados ante el juez de la Audiencia Nacional que instruía el caso. A uno de los marroquíes se le ha abierto un expediente de expulsión de España por estar en situación irregular. El otro marroquí y los dos argelinos residentes en Galicia quedaron en libertad, pero no liberados del todo porque permanecen en situación de investigados en el marco de un procedimiento relacionado con la inmigración irregular, según informaron fuentes de la lucha antiterrorista.

Un año de investigación

Tras un año de investigación, la Guardia Civil considera que desmanteló la actividad «de un grupo de personas vinculadas con redes de inmigración irregular que supuestamente habían mantenido contacto» con miembros del Estado Islámico, e intervino «abundante documentación y dispositivos informáticos que han servido para esclarecer la actividad llevada a cabo por este grupo y la eventual existencia de otros integrantes», según fuentes de la lucha antiterrorista. Las mismas fuentes indicaron que «la Guardia Civil ha podido confirmar la pertenencia de los detenidos a una red de inmigración ilegal que operaba desde España, perfectamente compartimentada y con diferenciación de roles, de modo que entre todos ellos, configuraban una estructura que daba capacidad a recoger individuos fuera de las fronteras exteriores de la Unión Europea».

Esa estructura, según las mismas fuentes, dotaba a los inmigrantes de la «identidad falsa necesaria para amparar los desplazamientos entre los diferentes países, siendo esa de gran calidad, lo cual impedía su identificación satisfactoria por las autoridades aduaneras».

Complejidad

Fuentes de la lucha antiterrorista añaden que la complejidad de esta operación radicaba en la necesidad de saber en qué medida esta red «colaboró con el desplazamiento de terroristas». La conclusión de los investigadores es que «la disponibilidad de esta estructura en favor de las actividades terroristas y, en concreto, las referidas a la facilitación del desplazamiento de los mismos, pudo ser inconsciente por parte de los detenidos».

«Colaboración fundamental» de Francia y Austria

La colaboración de los servicios de seguridad de Francia y Austria resultaron fundamentales, según las mismas fuentes, «para concretar los elementos y despejar los indicios en esta investigación». Y fue fundamental porque la estructura investigada «desarrollaba una frenética actividad y desplazamientos por numerosos países», aseguran las fuentes, y no solo «para acompañar la facilitación del tránsito irregular de las personas, sino realizando una continua valoración y evaluación de las medidas de control y seguridad que los países disponían sobre los puntos fronterizos».