El hombre que halló el cadáver de Asunta sale de la cárcel con la condición de desintoxicarse

a. m. A CORUÑA / LA VOZ

GALICIA

Álvaro Ballesteros

Alfredo Balsa García llevaba preso desde el pasado mes de febrero cumpliendo una condena de cinco años de cárcel por traficar con droga

29 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

El hombre que encontró el cuerpo de Asunta en la pista forestal de Teo la madrugada del 22 de septiembre del 2013 salió de prisión la semana pasada. Alfredo Balsa García llevaba preso desde el pasado mes de febrero cumpliendo una condena de cinco años de cárcel por traficar con droga. Estos 9 meses que estuvo encerrado, compartió centro penitenciario con los padres de Asunta.

Pese a la larga condena con la que fue castigado, su abogado, el penalista coruñés Diego Reboredo, pidió al juez la suspensión de la condena, alegando que su cliente se vio obligado a vender droga por su adicción a la cocaína. Y se la concedieron la semana pasada. Eso sí, si vuelve a caer en el consumo -lo controlarán regularmente con análisis sanguíneos-, regresará a prisión al día siguiente. Por el momento, Alfredo Balsa prometió no volver a drogarse.

La policía de Santiago lo detuvo el 18 de noviembre del año pasado junto al campo de fútbol de Cacheiras con 50 bolsitas de cocaína en su coche. Pero aún tenía más en su domicilio de la rúa Estivada de Castelao, donde le encontraron cerca de 120 gramos de la misma droga. Al día siguiente, el Juzgado de Instrucción número 1 de Santiago lo envió a prisión, comunicada y sin fianza.

Una grave adicción

Desde el principio, la defensa alegó que Alfredo Balsa tenía una grave adicción a las drogas y eso lo empujó a traficar, de ahí que su permanencia en prisión no sea lo más aconsejable para curarse.

El problema que se le vino encima a Alfredo hace ahora un año no fue el primero que lo llevó ante un juez. Ya en el 2012 lo habían arrestado por lo mismo, por vender droga a domicilio. Por ello fue condenado en diciembre de ese año a dos de prisión. Pero entonces, al carecer de antecedentes, le suspendieron su ingreso.

Alfredo Balsa se hizo célebre por una desgracia. Su actitud y la de un amigo cuando se encontraron el cuerpo sin vida de Asunta en la pista de Teo cuando regresaban de noche a sus hogares después de pasar unas horas en el club La Tanguita Roja fue llevada a las portadas de los periódicos.

Aquella madrugada del 2013, según explicó Alfredo Balsa en el juicio por la muerte de la niña, habían acudido a un club. Al salir y dirigirse a casa en el coche, fue cuando vieron el cuerpo sin vida de Asunta. Pasaron por delante y retrocedieron al darse cuenta de lo que habían visto, aunque todavía no sabían si era una persona o un muñeco. Pero continuaron adelante porque Alfredo, en aquellas fechas, tenía el carné retirado y no quería que la policía lo sorprendiese sin el permiso. Pero la mala conciencia de callárselo les venció. Y volvieron sobre sus pasos tras abandonar el coche. Se acercaron al cuerpo y llamaron a la Guardia Civil. Al principio, mintieron. No querían decir que pasaron en coche. Pero al final se sinceraron con los agentes.