El Sergas niega que la foto de la cajetilla de tabaco fuera tomada en sus hospitales

J. ROMERO / c. PORTEIRO RIBEIRA, BRUSELAS / LA VOZ

GALICIA

Atlas TV

Tampoco coinciden el proceso de sujeción del tubo y el de conexión al filtro

15 nov 2016 . Actualizado a las 19:12 h.

El Servizo Galego de Saúde (Sergas) explicó el viernes, al tener constancia de la denuncia presentada por el vecino de Boiro F. J. T. A., que colaboraría en todo lo necesario con la investigación y que, de confirmarse que este barbanzano fue retratado sin autorización en una sala de preoperatorio del hospital Clínico de Santiago, para luego reproducir la imagen en paquetes de tabaco, actuaría en consecuencia al tratarse de algo ilegal. Ayer, el Sergas, tras realizar una investigación interna, aseguró que F. J. T. A. no pudo ser fotografiado en el Clínico por una simple razón: el instrumental con el que fue intubado en este complejo es diferente del que tiene el paciente que aparece en las cajetillas de tabaco. Pero no solo eso, el Sergas asegura que en el citado hospital jamás usó ese instrumental.

El personal médico, según las mismas fuentes, «é consciente de que non se poden tomar imaxes, sexa para uso docente ou asistencial, dun doente sen o seu consentimento explícito. Segundo a información solicitada na dirección de enfermería, e no departamento de subministracións desta xerencia, se conclúe que a imaxe que aparece reflectida no paquete de tabaco que sae nos medios de comunicación é imposible que fose feita nas instalacións do hospital clínico».

El Sergas va más allá y explica: «Neste centro non dispoñemos, nin agora nin na data referida, das tubuladuras amosadas na imaxe». Las mismas fuentes detallan que se trata del «procedemento de suxeición do tubo endotraqueal e o procedemento de conexión da tubuladura ao filtro». Añaden, además, que el Clínico no usó jamás el «procedemento de conexión entre o filtro e o tubo endotraqueal».

El denunciante sigue adelante

F. J. T. A. aseguró ayer, al conocer la investigación interna del Sergas, que él no tiene constancia del instrumental utilizado, ya que en ese momento estaba intubado: «No lo sé, tampoco me importa demasiado. Lo que sí sé es que me reconozco en la foto, y que soy yo. Por eso seguiré persistiendo en la reclamación para que retiren la imagen de los paquetes de tabaco para dejar de verme todos los días».

La UE replica que las imágenes que ilustran los paquetes de cigarrillos tienen permiso de las personas retratadas

Las 42 fotografías que ilustran los paquetes de tabaco comercializados en la Unión Europea (UE) se hicieron, y se reproducen, con autorización de los retratados, que aparecen con un aspecto muy deteriorado por los efectos nocivos del tabaco. Así de tajantes se mostraron ayer en la UE para salir al paso de las denuncias presentadas por diferentes personas, entre ellas un gallego residente en el municipio coruñés de  Boiro, que asegura ser el enfermo que aparece intubado y acostado en la cama de un hospital bajo el lema «Fumar provoca embolias e invalidez».

Hasta ayer se tenía constancia de dos personas que oficializaron sus quejas al ponerlas en manos de las fuerzas del orden. Por un lado está el vecino de Boiro F. J. T. A. A mayores, y en Bélgica, un residente en el país flamenco hizo lo mismo al entender que su padre es la misma persona que asegura ser este barbanzano. Las fuentes consultadas en la Comisión de Salud y Seguridad Alimentaria de la UE confirman que «ya hemos recibido algunas quejas de particulares de diferentes nacionalidades respecto a la misma fotografía con la misma persona portando un respirador. No obstante, hemos documentado de forma muy escrupulosa las fotografías, y tenemos el pleno consentimiento de todas las personas retratadas en esas imágenes».

La Voz contactó ayer con la vecina de Barcelona, Montse García (el tercer caso contrastado), que asegura reconocer a su padre en la misma imagen que señalan los residentes en Boiro y Bélgica. García reconoce que no presentó denuncia, pero sí contactó por correo electrónico con la UE para pedir explicaciones: «A mediados de octubre me encontré con la imagen de mi padre en una cajetilla y no podía creerlo. Era él, que ya está muerto, en una foto de hace unos cinco años, cuando estaba ingresado en la unidad de vigilancia intensiva del hospital de Bellvitge. En el correo que mandé a la UE preguntaba de dónde sacaron las fotos, ya que nuestra familia no autorizó que se hicieran y mucho menos que se publicaran».

Derecho a la privacidad

La UE añadía ayer que «no podemos revelar la identidad de las personas que aparecen en las advertencias sanitarias de cara a proteger su derecho a la vida privada». Las mismas fuentes añadían que existe una librería de 42 fotos que la Comisión de Salud y Seguridad Alimentaria eligió tras externalizar el trabajo de recogida. Además, se consultó con responsables médicos para verificar la autenticidad de las fotografía y su idoneidad con el texto de advertencia. Se hizo lo mismo con expertos jurídicos para asegurar el consentimiento de las personas que aparecen, de las que se conoce la identidad de todos ellos.

Montse García desvela que la UE respondió, el 24 de octubre, a su primer y único correo, agarrándose a los argumentos citados para justificar que la selección de imágenes está regulada: «Le informamos de que la Comisión Europea ha tenido mucho cuidado para asegurar que la producción de las imágenes fotográficas utilizadas como advertencias sanitarias gráficas ha sido bien documentada y la Comisión es consciente de las identidades de los individuos en las imágenes y han obtenido su consentimiento para usarlas».

La UE, en el mismo correo electrónico de respuesta, da opción a Montse García de aportar los datos de su padre para verificar que no es él la persona retratada, algo que ella no ha hecho para garantizar el anonimato de su progenitor fallecido.