Pontón quiso felicitar a Feijoo estrechándole la mano en lugar de dándole dos besos que le ofreció el popular
11 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.En la crónica parlamentaria la luz de los focos suele apuntar a la tribuna. También al palco, donde se pasa casi siempre una rigurosa lista sobre asistentes y ausentes. Todo suele ser muy previsible. Pero a veces la anécdota está en el rincón más insospechado. Recién investido, después de que sus diputados le tributaran un sonoro aplauso, Feijoo empezó a departir con sus compañeros. Estaban allí Alfonso Rueda, Beatriz Mato, Pedro Puy y Miguel Tellado, entre otros.
Los portavoces del PSdeG y de En Marea, Xaquín Fernández Leiceaga y Luís Villares, respectivamente, se acercaron y deshicieron el corro para felicitar al presidente. Feijoo respondió muy agradecido, estrechándoles la mano, sobre todo al magistrado en excedencia. Un gesto que preludia un ambiente y una convivencia que en nada se parecerá a la protagonizada por Xosé Manuel Beiras, que ayer, a diferencia de los tres alcaldes de las mareas, sí acudió al Parlamento a escuchar al portavoz del partido instrumental en su estreno.
Entretanto, Ana Pontón, la líder del BNG, departía de pie con sus compañeros. En un momento, giró su cabeza y comprobó que Feijoo ya había dejado de conversar con Leiceaga y Villares. Entonces, se acercó sola hasta el presidente recién investido para felicitarle por su nombramiento. Tras darse los dos la mano, se produjo entre ambos el siguiente diálogo, iniciado por el dirigente popular:
-¿Queres que che dea dous bicos?
-Non, non. Así está ben.
-Pero, se queres, douche os dous bicos, eh!
-Non, mellor así que que che faga unha cobra.
Días después de la famosa anécdota protagonizada por los artistas David Bisbal y Chenoa, Feijoo reaccionó a estas últimas palabras de Pontón con una carcajada. Igual que el grupo de diputados que le acompañaba en ese momento.
No es la primera vez que la diputada nacionalista defiende que solo le den la mano. Lo hizo también recientemente con el presidente de la Cámara, el popular Miguel Santalices, argumentando que al resto de diputados nunca se les dan dos besos.
Para quienes no estén instruidos en los nuevos conceptos, por «hacer la cobra» se entiende un gesto espontáneo según el cual el que iba a ser receptor de un beso lo evita con un movimiento de cuello similar al de la citada serpiente. Es decir, retirando la cabeza, igual que hace el reptil para repeler un ataque.
El resto del día discurrió por el carril previsto. A Feijoo lo acompañaron a lo largo de la jornada de su tercera investidura consecutiva decenas de alcaldes y cargos de su partido, además de su madre y su hermana. A Leiceaga lo arroparon, entre otros, la regidora de Lugo y la presidenta de la comisión gestora del PSdeG. Y a Pontón, su antecesor en O Hórreo, Francisco Jorquera.