Condenado por atracar a su tío abuelo poniendo acento de ruso

alberto mahía A CORUÑA / LA VOZ

GALICIA

La iglesia de San Cristóbal
La iglesia de San Cristóbal José Manuel Casal

El acusado reconoce que amenazó con matar a su familiar si no iba al banco a retirar 10.000 euros

26 oct 2016 . Actualizado a las 09:17 h.

El ahora condenado andaba en agosto muy mal de dinero y pensó en dar un buen golpe a un ser querido. Decidió atracar a su tío abuelo, un hombre de posibles que guardaba fajos de billetes en casa como la gente de antes y que con 87 años de edad poca resistencia iba a poner. Pensó que era fácil. Solo tenía que ocultar su rostro y modificar su acento para que no lo reconociera. Así que el 23 de agosto cogió la llave de la casa de su pariente que su madre guardaba en el bolso y allá se fue, a Carballo.

Una vez allí, ya de madrugada, con el rostro cubierto con un pasamontañas, entró en la vivienda y, con su tío abuelo dormido, se apoderó de 400 euros que encontró en el interior de un mueble. No contento con el botín, despertó a su familiar. Consciente de que la víctima tenía una buena cuenta bancaria, le golpeó en el pecho y le dijo poniendo acento ruso: «No te muevas, dinero». El asaltante no quería hablar mucho más por miedo a ser reconocido, por lo que le entregó una hoja en la que le ordenaba ir al banco a retirar 10.000 euros y entregárselos después en una calle. El pobre hombre, que estaba completamente atemorizado, no fue capaz de leer absolutamente nada de aquel papel.

«Tú dinero, yo sé, tú dinero»

No quedaba otra que hablar. Así que, con voz de los Urales, el ladrón dijo: «Diez mil euros. Diez mil euros. Tú dinero. Banca dinero. Yo sé. Tú vivir en Torrevieja. Tú dinero. Rompo todo. Iglesia de San Cristóbal. Un poquito más arriba. Pasamos con coche. Allí entregas dinero. A las 11». Antes de irse, también le preguntó por una de sus hermanas, que dormía en otra habitación. Pero a ella nada le hizo ni la despertó ante las súplicas de su tío abuelo, convencido de que estaba siendo atracado por un miembro de una banda del Este dedicada al asalto de viviendas.

Hasta ahí, la jugada le había salido perfecta. Faltaba presentarse a las 11 en la calle San Cristobo de Carballo, coger el dinero que su tío abuelo iba a retirar del banco y desaparecer. No contaba este ruso de pega con que la víctima había acudido al cuartel para denunciar el asalto nocturno.

La Guardia Civil le pidió al hombre que se presentara a la hora indicada con un sobre con dinero falso que ellos mismos le entregarían. Y a la hora pactada apareció su sobrino y le arrebató el dinero de las manos sin bajarse del coche, al tiempo que emprendió una corta huida hasta que fue detenido. Ayer fue juzgado. Reconoció los hechos y fue condenado a dos años de cárcel, pero no ingresará, con la condición de no volver a delinquir en tres.