Leiceaga se mantiene al margen

Domingos Sampedro
domingos sampedro SANTIAGO / LA VOZ

GALICIA

El candidato a la Xunta esgrime su «respecto» a los afiliados socialistas, pero, para organizar la labor parlamentaria, apuesta por el silencio en el conflicto del PSOE

01 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

En medio de la crisis desatada en el seno del PSOE, el candidato de los socialistas a la Xunta, Xoaquín Fernández Leiceaga, ha desaparecido de escena. No concede entrevistas, no tiene agenda pública ni hace ningún tipo de valoración sobre la operación promovida por algunos barones territoriales contra el secretario general, Pedro Sánchez, al que Leiceaga acompañó en todos y cada uno de los 16 actos en los participó en Galicia durante la campaña electoral. En el equipo del diputado electo se limitan a explicar que Leiceaga está empeñado en no inmiscuirse en batalla orgánica alguna, en preservar su capacidad de diálogo con todo el partido, a la vez que ponen por delante que, para él, es «moi importante a voz da militancia do Partido Socialista e que sempre sexa respectada».

Este enganche de Leiceaga en la base militante del partido parece ir en la línea tomada por Pedro Sánchez y lo que queda de ejecutiva federal, que mantienen intacta su propuesta de convocar un congreso para el mes de noviembre, con una primarias previas abiertas a la militancia con el fin de elegir al nuevo secretario general. Pero las dudas están en el aire, pues el candidato mantiene desde la noche electoral del domingo un silencio hermético sin trasladar más mensaje que no sea el de resaltar la «importancia» que han de tener los afiliados del partido.

Y es que el propio Leiceaga es un producto político de la militancia. Fue elegido en mayo candidato a la presidencia de la Xunta en un proceso de primarias, que dejó dividido el PSdeG en dos mitades. Estas dos facciones -los alineados con Leiceaga y los que apoyaron a su contrincante, José Luis Méndez Romeu- se reproducen ahora de forma casi mimética en la crisis que se abrió a nivel federal, con quienes apoyaron activamente a Leiceaga posicionados con los planes de Pedro Sánchez, mientras que los que respaldaron a Méndez Romeu están en sintonía con Susana Díaz y las principales federaciones.

Pero el lugar donde se ubica ahora mismo Leiceaga solo cabe intuirlo o interpretarlo, porque el candidato no retomará su agenda política hasta mediados de la próxima semana. Es más, en su entorno precisan que justo después del 25S impartió unas cuantas clases en la Universidade de Santiago que tenía comprometidas, antes de tomarse unos días de descanso fuera de Galicia después de una campaña intensa.

La próxima semana

La próxima semana retomará su actividad política para comenzar a organizar el trabajo parlamentario y reunir al grupo de diputados, entre los cuáles hay simpatizantes de Pedro Sánchez, como la pontevedresa Patricia Vilán o el arousano Julio Torrado, pero también otros posicionados con la operación lanzada por los barones contra el secretario general, como el ourensano Raúl Fernández o el vigués Abel Losada. Con todos ellos, sea cual sea su posición orgánica, tendrá que entenderse Fernández Leiceaga en los próximos meses y articular el trabajo de oposición al Gobierno de Núñez Feijoo, al margen de las guerras de familias que fragmentaron al grupo parlamentario en las dos últimas legislaturas, en un caso posicionado a casi la mitad de los diputados contra Pachi Vázquez y en el otro, a casi todos contra José Ramón Gómez Besteiro.

Leiceaga no tiene cargo orgánico alguno en el partido. Ni siquiera en su agrupación local, la de Santiago, motivo por el cual optó por enmudecer durante toda esta semana para mantenerse al margen de las tensiones internas. Está por ver, no obstante, si logrará pacificar el grupo del PSOE, algo que dependerá del camino que tome en el futuro el alcalde de Vigo, Abel Caballero.

Formoso pide disculpas por el espectáculo que está dando su partido

Casi todos los cargos de relieve en el PSdeG-PSOE se han pronunciado ya por el conflicto que estalló a nivel federal tras el intento de desalojar a Pedro Sánchez de la secretaría general del partido. Faltaban los presidentes de las diputaciones de A Coruña, Valentín González Formoso, y de Lugo, Darío Campos. Ambos hablaron ayer y lo hicieron para pedir perdón a la ciudadanía por el espectáculo dado y para defender, al igual que Leiceaga, la voz de la militancia.

Formoso participó ayer en el pleno de la institución provincial que preside y, antes de su comienzo, dijo que la situación del PSOE «es difícil, una encrucijada, la peor a la que se presenta el partido desde la dictadura». Por esa razón, pidió disculpas por una situación que «no debería producirse en una organización que ha sido, es y será responsable de la gestión» en tantos concellos e instituciones del país.

Eso sí, en línea con lo expuesto por otros dirigentes socialistas, Formoso defendió la opción de «dar la voz a la militancia» para dirimir las diferencias que pudiera haber en el seno del PSOE. No le puso condiciones ni fechas a su propuesta, pero sí cree que «hay que hablarle claro a la militancia».

Por su parte, el presidente de la Diputación de Lugo, Darío Campos, hizo un llamamiento a «buscar a unidade» en el PSOE. Pidió que se respeten los «dereitos dos militantes», a la vez que declaró su «lealdade» al secretario general que hay y al que venga