La jueza llamará a declarar a cargos del ADIF por el desvío del tren de O Porriño

Pablo González
Pablo González REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

M.MORALEJO

También pide información sobre las razones que motivaron el cambio de vía

01 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

La instrucción judicial del descarrilamiento del tren Celta empieza a desmadejar los interrogantes sobre este accidente. La titular del Juzgado de Instrucción número 2 de O Porriño notificó ayer una providencia con la que acuerda solicitar al Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) que identifique, «para la posterior toma de declaración», al operador del puesto de mando y al personal de mantenimiento de las instalaciones y de la infraestructura ferroviaria en O Porriño, donde el pasado día 9 descarriló un tren Celta, causando cuatro muertos y medio centenar de heridos. En paralelo, también reclama al ADIF información «sobre las causas que motivaron los trabajos de mantenimiento y el desvío del tren». Por el momento se desconoce si estos cargos declararán en condición de testigos o de investigados, aunque distintas fuentes creen que, por el momento, se inclinará por la primera opción.

En la misma providencia, la jueza pide a Renfe que identifique al responsable tutor del maquinista, probablemente el instructor que tuvo el profesional portugués para poder circular por vías españolas y conocer el sistema de señalización y seguridad. Al ADIF también le solicita las conversaciones registradas en el puesto de mando de Ourense, los itinerarios y otros registros técnicos relacionados con la mesa de control de operaciones.

La instructora ve necesario investigar las circunstancias por las que se llevó el convoy a una vía desviada donde la velocidad máxima es de 30 por hora, a pesar de que el tren Vigo-Oporto no para en O Porriño y suele circular por la vía general de la estación a una velocidad máxima de 120 km/h. La Voz publicó hace unos días que el ADIF desvió al tren para probar si el cambio de agujas funcionaba correctamente, después de registrarse el día anterior una anomalía electrónica en ese cantón.

Al parecer, los técnicos temían que un tren que estuviera en ese desvío no fuera detectado por el sistema y, por tanto, no diera la señal de vía ocupada en el sistema de control, con el consiguiente riesgo de colisión. Para salir de dudas se enviaron a dos operarios a esa zona para que revisaran las instalaciones y, en paralelo, se ordenó el desvío del tren accidentado para ver si el sistema electrónico de detección funcionaba correctamente. Los dos operarios presenciaron el descarrilamiento a escasos metros de donde se encontraban trabajando.

El ministro de Justicia y de Fomento en funciones, Rafael Catalá, consideró el jueves «prematuro» adelantar conclusiones sobre esta decisión operacional del ADIF, y se remitió al dictamen de las investigaciones oficiales en curso, especialmente la de la Comisión de Investigación de Accidentes Ferroviarios.

El segundo perito del caso se elegirá a través del colegio de ingenieros industriales

Uno de los peritos que aportó la Xunta para investigar el accidente de tren de O Porriño, el ingeniero industrial José Manuel Lamela, no estará finalmente en la nómina de técnicos que investigará el descarrilamiento por razones personales. Por tanto, el juzgado necesita reclutar a otro experto en material rodante, gestión que con toda probabilidad se hará a través del Colegio de Ingenieros Industriales.

El perito que ya ha aceptado formar parte de la instrucción judicial es el ingeniero de Caminos Juan Carlos Carballeira, que como Lamela forma parte del equipo técnico que investiga el accidente del Alvia. Junto a técnicos del ADIF y Renfe, hace una semana estuvieron revisando el sistema de frenado del tren que, según las primeras pruebas, funcionaba correctamente. Queda realizar otra simulación del accidente con un tren similar cuando se arregle la vía donde se produjo el descarrilamiento, además de comprobar si la señalización en el desvío era la correcta. El tren descarriló a 118 por hora tras recibir dos avisos que, en principio, implicarían que debía reducir la velocidad.